El público siempre ha sido el jurado inflexible e incorruptible que decide la vida de los restaurantes, pero no sin motivo; si algo sabemos todos es que nadie regala nada. Miguel Ramos Sillero, gerente del restaurante Fusión, se ha ganado con su esfuerzo y su exquisita habilidad en la cocina la confianza de los paladares lojeños.
Lo que comenzó como un restaurante pequeño centrado en perfeccionar el sabor de sus pizzas y de la totalidad de su carta, ahora nos invita a visitarle en lo que los lojeños conocemos como “el antiguo bar Fermina”, que pronto será recordado, sencillamente, como “el Fusión”.
Miguel nos cuenta, muy agradecido a su clientela, que en su ubicación anterior necesitaba más espacio por la afluencia de la gente: “se iba tres veces más gente de lo que podíamos atender, no teníamos espacio suficiente”. Así, y muchos ya lo atestiguamos, este traslado de emplazamiento nos ofrece la oportunidad de aprovechar una de las mejores terrazas de Loja que hacía tiempo que estaba en desuso.
Siempre atento a las necesidades y gustos de los comensales, el nuevo Fusión ha dedicado su espacio a varios salones amplios y luminosos, buen aparcamiento, y un ambiente elegante, sencillo y muy agradable.
Cuando le preguntamos sobre el éxito de su inauguración nos responde: “intentamos hacerlo cada día mejor: dar productos de calidad y un buen servicio, y tenemos resultados, sobre todo los fines de semana. La terraza es lo mejor que tenemos, y el salón le encanta a las familias, que pueden comer tranquilas y los niños se divierten en el parque infantil. Nos sentimos muy felices cuando los grupos de amigos o las familias vienen a comer a medio día, o a tomar algo en la terraza y terminan pasando la tarde con nosotros hasta la noche. Eso nos hace sentir que contamos con la confianza de la gente.” Humildemente nos confiesa que “los primeros días han sido duros, pero ya hemos cogido el ritmo”, lo que, pensamos, destaca una buena profesionalidad.
Como siempre, y más en estos días, la noticia del crecimiento de una empresa es motivo de alegría, quisimos saber cuál era su visión del Restaurante Fusión dentro de diez años: “Que siga uno trabajando, ser un bar más de Loja, de los que funcionan toda la vida. No pido nada más”.