El Espacio Joven ha acogido a lo largo de las últimas semanas y hasta el pasado martes, cuando concluyó, un taller de Inteligencia Emocional en el que ha participado una treintena de mujeres interesadas en mejorar su autoestima y saber controlar y dirigir sus emociones.
Impartido por Ángel Mario García, experto en Coaching personal y profesional, a lo largo de cinco sesiones, cómo él mismo explicaba con motivo de la clausura, “la inteligencia emocional es la capacidad que tiene una persona para identificar sus emociones, gestionarlas, utilizarlas en beneficio propio y ponerlas al servicio de los demás”. Como continúa explicando, “la idea es preguntarte qué emoción siento en cada momento, así como el por qué y qué me indica mi cuerpo y mi pensamiento a la hora de tener una sensación y a partir de ahí empezar a modificar esas sensaciones”.
En total, se han llevado a cabo cinco sesiones. Así, los dos primeros talleres fueron de inteligencia emocional, tal cual, en el tercero se abordó el iceberg neurológico y los valores, en el cuarto se trató sobre habilidades sociales y el quinto y último se centró en herramientas de gestión del tiempo, a nivel personal y profesional.
Según Ángel Mario García, en este tipo de talleres las personas buscan “el encontrarse a sí mismas, generalmente porque no se encuentran a gusto con sus vidas”.
De hecho, hay que señalar que algunas de las mujeres participantes sufren algunas enfermedades tales como esclerosis múltiple o fibromialgia”. Es el caso de la lojeña Mª Carmen Arco, precursora de este taller, puesto que ya venía realizando sesiones con Ángel Mario García, las cuales, según confiesa “me han ido muy bien”. Por ello, señala “cuando empiezas a hablar en voz alta te das cuenta de que estás ansiosa por hacer cosas y llevaba tiempo queriendo hacer algo con un grupo de personas que comparten conmigo una enfermedad, como es la esclerosis múltiple en mi caso y a partir de ahí también han surgido otras personas interesadas en reunirse, charlar y que les pongan otra cara a su día a día”, señala.
Por ello, confiesa, “a mí el taller me ha aportado mucha confianza en mí y me ha enseñado que lo que no he conseguido es porque no lo he intentado y también que no hay una meta muy grande, sino muchas metas pequeñitas que hay que conseguir antes”.
Por su parte, Puri Barranco, presidenta de la Asociación de Fibromialgia de Loja y alumna también del taller, coincidió en señalar que el taller ha sido muy beneficioso “sobre todo para mejorar nuestro estima y aprender a valorarnos y querernos más y que también tenemos que pensar en nosotras, no sólo en los demás. También somos importantes”, sentenciaba.
