Ana del Moral ha presentado en la sede comarcal de Cruz Roja su proyecto de investigación “Conflictos interculturales y comunitarios de Loja” y más concretamente sobre los barrios de la Alfaguara y de la Alcazaba, en el que analiza profundamente los desequilibrios y las posibles causas de la actual situación de algunos colectivos minoritarios en la ciudad, pero sobre todo del pueblo gitano.
La investigadora ha perseguido, desde el principio de su trabajo, analizar las causas de los conflictos más relevantes que existen en dichos barrios lojeños y sus relaciones de interdependencia para comprender las situaciones de violencia estructural que aparecen en ambas barriadas. Así pues, las más importantes son “la venta de droga, el bajo nivel cultural, la falta de motivaciones, el enfrentamiento entre familias gitanas, la concepción negativa de otra cultura y el rechazo a acatar normas”, afirmaba ante los asistentes a la presentación.
A renglón seguido comparaba las diferentes experiencias culturales seleccionadas en el estudio, de los habitantes de la zona, en relación a las problemáticas que en ella se suceden y su actitud para afrontarlas. En este apartado, Ana del Moral, que reiteró que el estudio abarca a varios colectivos pero que ha abordado fundamentalmente al gitano, subrayó aspectos como la consideración por la población paya de aquella zona como el gueto de la comarca, o las envidias familiares y los “ajustes de cuentas” entre la población gitana. Existen además factores como la exclusión social, la falta de empleo, la venta de droga, o el abaratamiento de la vivienda y la escasez de recursos económicos como determinantes, por lo que estimó que cualquier colectivo que viva en esas circunstancias puede desarrollar parecidos comportamientos a los que se dan actualmente en aquella parte de la ciudad. En cualquier caso, añadió, esta situación no es exclusiva de Loja, sino que puede encontrarse en otros muchos lugares, lo cual no significa que disminuya su gravedad por ello.
Del Moral considera muy importante la educación comunitaria para enfrentarse a esta problemática, pues en su estudio ha podido comprobar que “una parte de los menores son educados sin normas ni estructura social; que esos menores, en un corto periodo de tiempo, serán padres y repetirán ese patrón; y se obtiene un ciclo de conductas disociales con el paso de las generaciones del que es muy difícil salir”, acentúa la experta en materia social.
Ante esta realidad, y algunos otros aspectos que diseccionó en su charla, Ana del Moral se hace una serie de reflexiones personales, como es “la necesidad de implantar un programa de mediación, ya que la comunicación une culturas”, que predominan los conflictos comunitarios por encima de los interculturales; “la conformidad de la población con su situación, debido a las políticas sociales existentes” que son de carácter asistencialista; y cómo la falta de habilidades sociales “hace que la violencia sea el medio para resolver los conflictos”.
Por todo ello, Del Moral considera imprescindible una actuación global y al mismo tiempo en los distintos niveles de edad de la población afectada por esta situación, así como hacerlo de manera transversal. Para ello, dice, es necesaria la unión de esfuerzos entre todas las administraciones y agentes sociales, apostando por políticas que puedan ir generando cambios reales y que, paulatinamente, permitan una evolucionen positiva de todos los factores para ir alcanzando algunas soluciones.
Tras su intervención, que apoyó en imágenes y cuadros informativos, se produjo un interesante coloquio con los asistentes, expresando éstos su punto de vista sobre la situación y las pautas que deberían seguirse.
Ana del Moral consideró muy interesante esta aportación de opiniones, sobre todo de cara a la segunda parte de su investigación, que dará contenido a su tesis doctoral, con más profundización sobre las cuestiones abordadas.
El presidente de la Asamblea Comarcal de Cruz Roja, Ramón Soler, calificó el estudio de muy interesante y pidió respuestas a las administraciones, “después de más de 30 años de intentos, en muchos casos baldíos”.
Por su parte, la concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Loja, Matilde Ortiz, también presente en la charla-coloquio, felicitó a la autora del estudio por la calidad de su trabajo y la solvencia del mismo, toda vez que Ana del Moral estuvo seis meses integrada en los equipos de Asuntos Sociales municipales que trabajan con este sector de la población. “Hay que abordar actuaciones para mejorar la situación de estos barrios, y si este trabajo contribuye a ello, bienvenido sea”, dijo específicamente Matilde Ortiz.