Su vida transcurría como la de cualquier mujer lojeña que atiende su trabajo autónomo como peluquera, a su familia, compuesta por su marido y dos hijos, y las cosas que habitualmente se realizan por cualquiera de nosotros. Pero sufrió un problema de salud que la tuvo en cama durante unos meses. En ese largo tiempo, Nuria Olid Ruiz tuvo tiempo de pensar mucho en esas horas de soledad y retiro forzoso de la actividad cotidiana. Una depresión originada por su enfermedad provoco en ella la necesidad de sacar afuera todo lo que daba vueltas en su cabeza y fue así como dio rienda suelta a una pasión que hasta entonces desconocía. En su mente cobraban vida las historias de numerosos personajes que, finalmente, produjeron una primera novela, “María”. La experiencia supuso para ella un canal de superación del problema y, lo que es más relevante desde el punto de vista creativo, despertó en ella una necesidad imperiosa de escribir.
Ya ha pasado algún tiempo y una segunda novela, con el nombre “Camino de espinas” está ya en las librerías para disfrute de sus familiares, amigos y de ella misma. Y esto, según dice Nuria, “no ha hecho más que empezar”.
Nuria Olid afirma que jamás imaginó que podría escribir un libro, por lo que ella ha sido la primera sorprendida, sin embargo ahora todo su círculo de personas está muy contento de que haya emprendido esa vía de expresión.
Acerca de todo lo que bulle en su cabeza, asegura que es algo que no puede controlar, que se generan las historias y los personajes van cobrando vida en su interior, por lo que se pone manos a la obra y con un trabajo concienzudo se enfrenta la mayoría de los días a las páginas en blanco. “Me formo mi mundo y ahí lo plasmo, es algo extraordinario, porque tu eres quien decide el destino de los protagonistas”, dice esta escritora novel.
Tal es el caudal de ideas que tenía que trasladar al folio que el primer libro, “María”, lo acabó en mes y medio, “pues tenía mucha ansiedad y escribí las 120 páginas en tan corto periodo de tiempo”, especifica.
Con respecto al segundo, “Camino de espinas”, en su mente se configuró una serie de episodios que se desarrollaban en Estonia, un país totalmente desconocido hasta entonces para Nuria, por lo que hubo de documentarse profundamente sobre sus gentes, geografía, costumbres y otras peculiaridades de tan lejano país. En este caso, dice ella, el proceso duró nueve meses hasta que puso la palabra fin en las páginas: “exactamente lo que dura un embarazo”. Y añade que en nada son relatos autobiográficos ni que planteen ninguna circunstancia que tenga que ver con su vida: “es todo ficción” matiza.
Ella dice sentirse mucho más contenta y satisfecha de la segunda novela e informa de que la gente está respondiendo muy bien cuando la leen, por lo que el número de ejemplares que va vendiendo se va superando poco a poco.
El libro puede adquirirse directamente en la tienda por Internet de Amazon, pero también puede hacerse en la librería del barrio Alto, o pidiéndoselo a ella misma en su peluquería, que se encuentra ubicada en la calle Alta del barrio de San Francisco.
