Cuando el tatuaje adquiere un nivel de calidad en su diseño y ejecución superior al habitual, y mucho más ante los simplistas dibujitos o trazado de iniciales que ejecutan buena parte de quienes se dedican a esta actividad, puede hablarse de una auténtica obra de arte desarrollada sobre un soporte tan especial como la piel humana.
En la actualidad existen algunos estudios/talleres que, además de las técnicas propias de trazado e impresión, se han convertido en embajadores de una especialidad artística cada vez más exigente con los motivos que se elaboran. En menor número, artistas que provienen del campo creativo tradicional desembarcan en este mundo y se convierten en grandes creadores. Es el caso, entre otros, del artista lojeño Luis Díaz, quien, desde hace unos años, viene trabajando por elevar el estandar de producción de los tatuajes, plasmando sobre la piel de sus clientes verdaderas obras de arte fruto de su investigación, imaginación y cualificación profesional.
Esos resultados cada vez obtienen una mejor consideración pública y, consecuentemente, un mayor reconocimiento a su faceta artística. Prueba de ello es el resultado de este autor, y otros que forman parte de la empresa lojeña Black Mirror Tattoo, en la cita del sector que ha tenido lugar en las convenciones de Bruselas y Marbella.
Por un lado, Luis Díaz ha sido premiado en la International Bold´n Bright Tattoo Convention de Bruselas, al igual que lo ha sido como mejor tatuajes en la convención de Marbella, eventos que han tenido lugar entre el 6 y el 8, y del 13 al 15 de septiembre.
Sus compañeros de estudio, Javi Jiménez y Raúl Baena también se han hecho merecedores de distintos galardones. El primero de los dos fue tercer premio en la categoría “realismo”, mientras que el otro obtuvo un primer premio en la categoría “Black work”, ambos en la cita de Marbella.