Con resignación y mucha fe los cofrades lojeños comenzaron estos pasados días a vivir una más que atípica Semana Santa 2020. Será un año que tristemente pase a la historia negra de esta tradición cristiana y que ya deja imágenes y momentos para el recuerdo. Es el caso de las eucaristías celebradas delante de los titulares, la cadena de órdenes online de los postores que se niegan a que no se escuchen sus voces o las numerosas muestras de cariño de los cofrades que entonen marchas desde sus balcones o incluso proyectan imágenes de estaciones de penitencia pasadas en las fachadas de las iglesias.
Llegó un nuevo Viernes de Dolores. El día en lo meteorológico fue tan perfecto que ahondaba aún más en la herida de no poder ver por las calles a los Servitas más antiguos de Andalucía. Algunos vecinos del Barrio Alto engalanaron sus balcones e incluso hicieron sonar en sus altavoces marchas tan de esta virgen como ‘Encarnación Coronada’.
A las 19:30 horas se celebró la función principal del Viernes de Dolores con una Iglesia de Santa Catalina totalmente vacía. Como imagen para la historia, el sacerdote celebró la homilía en el camarín de la Virgen. Esta celebración fue muy seguida por los fieles a través de la televisión local y las redes sociales.
El Domingo de Ramos vivió una situación similar. La Santa Misa de ese día se traslado al Convento de Santa Clara. El sacerdote la celebró delante de Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén. No hubo bendición de palmas pero sí la lectura reducida de la Pasión de Jesús. A la salida algunos vecinos pidieron al párroco que bendijera sus palmas de olivo y llenaron la calle de aroma a incienso.
Las redes sociales se llenaron de oraciones e imágenes de estas primeras hermandades. Palabras sentidas de pena y respeto por un año para olvidar. De los postores salió adelante en estas redes una cadena de órdenes. No querían que sus voces quedaran sin sonar en esta Semana Santa. Con sentimiento dedicaron unas palabras a sus cuadrillas, deseando que pronto llegue el nuevo año.