Tan solo a través de los medios locales se pudo aventurar que Loja vivía los días grandes de su Semana Santa. Calles vacías y sentimientos encontrados en un Jueves y Viernes Santo que se vivió en los balcones. Los cofrades lojeños aprovecharon para dar rienda suelta a su pasión tocando sus tambores, poniendo marchas a todo volumen e incluso entonando las tradicionales sátiras de los incensarios.
Estos días tan señalados en la cultura social lojeña, se vivieron pendientes de los medios de comunicación. Desde la televisión local y en redes sociales se pudieron seguir algunos actos litúrgicos celebrados sin público en los templos. Fue el caso de los oficios del Jueves y Viernes Santo por la tarde. También se celebró un sentido Vía Crucis en la Ermita de Jesús del Mesón de Arroyo. El Domingo de Resurrección también se transmitió la Misa de la Pascua.
Al margen de la visualización de procesiones de años pasados, algunas de hace cerca de 30 años, los cofrades disfrutaron de estos días quemando incienso y haciendo gala de su pasión cofrade. Hubo calles que olían y sonaban a Semana Santa. Es el caso de la Avenida de los Ángeles, cuyos vecinos disfrutaron de la interpretación del Miserere a piano de Marian Conde, directora del Conservatorio Elemental de Música de Loja María del Carmen Romero Avellaneda.
Otras calles contaron hasta con su propio santo. Es el caso de la calle Mariana Pineda del barrio de La Estación donde unos vecinos sacaron al patio de la entrada de su casa su propia Virgen. Las marchas en su honor no dejaron de sonar durante estos días. Misa circunstancia de balcones engalanados y reproducciones de vídeos, se vivió en el Barrio Alto, donde algunos vecinos organizan diferentes actividades durante el confinamiento.
No falto tampoco los toques de los tambores. Los Negros de los Favores retumbaron a la media noche del Jueves Santo, mientras que los Puches lo hicieron en la mañana del Viernes Santo. También sonaron algunas sátiras de los incensarios.