Hay servicios sociales fundamentales que se han visto muy afectado por la llegada de la pandemia de la COVID-19. Es el caso del Centro Ocupacional que ha reducido su funcionamiento durante todo el periodo de confinamiento. Ahora se busca poco a poco recuperar la atención a los usuarios pero siempre con la máxima seguridad para evitar contagios.
Con la idea de comenzar esa desescalada, este lunes el centro acogió una reunión informativa con los familiares de los usuarios. En ella se hizo especial hincapié en la necesidad de fomentar las buenas prácticas de higiene y la responsabilidad de cada familia para salvaguardar la salud de todos.
También se informó que en el mes de julio se reanudará la asistencia presencial al centro pero de un grupo reducido. Con ello se conseguirá llevar a cabo una atención individualizada. En esa línea se fomentarán los paseos y otras actividades que el usuario pueda hacer sin contacto con otros compañeros. De hecho, desde hace un mes se llevan a cabo este tipo actividades fuera del centro.
Desde el Ayuntamiento de Loja, y con el apoyo de los profesionales del centro, se han implantado todas las medidas de seguridad para cuidar a un colectivo considerado de riesgo. En el centro hay un total de 34 usuarios y usuarias. Desde el equipo de profesionales se ha planteado una desescalada en la que se han dividido los grupos en 7 usuarios y usuarias. Cada grupo asistiría una semana al centro durante el mes de julio. Los que están en casa durante esa semana seguirían con las actividades que han estado haciendo hasta ahora: paseos, llamadas telefónicas y asignación de actividades tanto a nivel cognitivo como manualidades. Se mantendría la atención que se ha desarrollado durante el confinamiento.
Durante el confinamiento se ha llevado de manera semanal un seguimiento telefónico a cada familia una vez a la semana o en base a ciertas necesidades de forma más continuada. En el momento en que se disminuyó el riesgo se comenzó a visitar a las familias para llevar material de actividades cognitivas, manualidades e incluso a las propias madre y hermanas se le han llevado tareas para realizar de forma conjunta con el usuario. Se han realizado paseos y se les ha invitado a tomar un desayuno. Todo ello acorde con las normativas que ha marcado la forma de relacionarse.
Los criterios elegidos para la asignación de los grupos de usuarios y usuarias que acudan al centro han sido en base a sus patologías y nivel cognitivo, de tal forma que aquellos con mayor riesgo ante el COVID-19, o de algún familiar, se ha intentado poner en aquellos grupos con mayor autonomía y con más habilidades para seguir las instrucciones de seguridad. Además, se han adquirido batas para cada usuario y usuaria de tal forma que una vez que llegan al centro puedan usarlas perfectamente desinfectadas. También se les facilitaran pantallas y mascarillas quirúrgicas. A la entrada de cada sala se han colocado dispensadores de gel y en los accesos se desinfectarán los zapatos y las manos.
Tras muchas valoraciones por parte equipo de profesionales del centro, la coordinadora del área y la Concejalía se ha valorado el no prestar servicios de comedor para minimizar la exposición durante esta desescalada. Dentro de las actividades programadas están todas encaminadas a la concienciación ante la higiene y la importancia de seguir las normas para preservar la salud. Se suspende el taller de lavado ante la imposibilidad de mantener distancia de seguridad y el propio riesgo de exponer a vehículos particulares. Ante ello, se va a fomentar las actividades en el huerto de Los Caracolares.