La suerte está echada y los lojeños, al igual que el resto de ciudadanos del país, sueñan con El Gordo de la Lotería Nacional de Navidad. Un sueño que queda reflejado en cada décimo que hemos adquirido desde el pasado verano. Ya sea ofrecido por peñas, asociaciones, clubes, Hermandades, partidos políticos… o adquirido por nosotros mismo en ventanilla, todos deseamos ser los agraciados. Es la ilusión de cada 22 de diciembre que, casi siempre, termina con el consuelo de la salud.
Esa poca probabilidad de éxito no resigna a los lojeños que este año jugarán más que en las dos ediciones anteriores. La pesadumbre de la pandemia ha dado paso a una fiebre por la lotería que permite asegurar, a la espera de datos oficiales, que ha habido más grupos que han ofrecido un número subscrito y también ha habido menos devoluciones. A ello se suma la venta directa y online que se estima también superior a la de pasadas ediciones.
Así se asegura en la Administración de Loterías Número 1 del municipio ubicada en la histórica Plaza de la Constitución. Durante cuatro generaciones esta administración continúa en manos de la misma familia, siendo todo un referente en Loja y la provincia. Celia Escobar es la actual propietaria, adquiriendo esa responsabilidad de su madre, Mari Pepa Burgos. Ambas, acompañadas de sus trabajadores, María José Ropera, Carmen Moreno y Miguel Galeote, nos informan de cómo ha ido este año la venta de esta lotería tan especial.
Celina y María José insisten en que, a la espera de que se les informe de forma oficial del número exacto de décimos repartidos, se ha notado un aumento de ventas. En ese sentido reseñan que se ha devuelto un menor número de décimos subscritos y se ha aumentado los grupos que las han vendido. También reseñan que se ha contado con nuevos vendedores que han decidido jugar un mismo número. “Creo que la gente ha recuperado la ilusión y las ventas van bien, también en ventanilla e internet”, afirma Escobar añadiendo que “no solo se ha recuperado el ritmo de otros años sino que creo que hemos mejorado”.
En cuanto a los números jugados, se afirma que este año se ha buscado más la terminación 22, presumiblemente al coincidir con los dígitos del año, y también se mantienen las peticiones de clásicos como el 5 y el 7. No falta tampoco el cariño por la terminación 13 que ha durado poco en ventanilla. María José insiste en que este año se ha vendido más y cada cliente ha tenido sus preferencias.
Dar confianza a los clientes y sobre todo saber satisfacer sus demandas es el trabajo de los empleados de la administración. Carmen lleva más de diez años en este trabajo, Miguel cuatro, y ambos reconocen que hay una unidad especial con clientes de toda la vida. La cercanía diaria con las peñas o asociaciones y el cliente de última hora, son detalles de un sorteo que desde que se inicia se nota que es especial.
Muy emocionada antes del sorteo se muestra Celina, que ha querido que en estos últimos días y en la mañana del sorteo su madre le acompañe en la administración. “Es como llamar a la suerte, ella ha repartido muchos premios” afirma Celina junto a su madre, que aprovecha para reclamar que después de tanto años se merece que le toque el premio Gordo. “Que toque en Loja, que con eso soy feliz”, exclama Mari Pepa al destacar que para ella la administración es su vida.
La veterana y reconocida lotera insiste en que los décimos se compren en Loja y no en otros lugares. En ese sentido, recuerda como desde la Administración Nacional le llamarón para felicitarla por repartir dos grandes premios de 500 millones, “algo que ni Manolita ha tenido la suerte de entregar”. Además, está convencida de que este año algún premio se queda en casa.
Sea como sea, la administración ya está preparada con sus botellas de champán para celebrar el sortero. “Que venga todo el mundo que si no damos el premio al menos brindaremos por la Navidad”, comenta Celina del brazo de su madre, convencida de que la suerte está más cerca con ella a su lado.
Ahora solo queda esperar, a que el Gordo caiga cerca y dé un respiro a todos los agraciados.
