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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Un libro biográfico recoge la vida y la obra del escultor egabrense Antonio Maíz Castro, hijo adoptivo de Loja

El colectivo cultural ‘Cabra en el recuerdo’ edita esta publicación escrita por María Pilar Mortes y repasa su obra en una exposición con esculturas nunca expuestas conjuntamente

Antonio Maíz Castro, hijo adoptivo de Loja y natural de Cabra (Córdoba), está aún más presente en las dos localidades que lo acogieron con la biografía “Maíz Castro Escultor. Cabra 1906 – Loja 1990” escrito por  María Pilar Mortes Arjona. La obra, que acaba de editarse por el colectivo “Cabra en el recuerdo” y el ayuntamiento egabrense, es fruto de un laborioso trabajo de dos años en los que la autora ha indagado en todos los documentos que se refieren al escultor, artículos de prensa y testimonios familiares y de amigos a su alcance, tanto del lugar de su nacimiento como de la ciudad en la que vivió la mayor parte de su existencia, Loja. Una publicación que saca a la luz todos los pormenores de su vida y de su obra.

El Ayuntamiento  de Cabra ha sufragado el importe de la primera edición del libro y el consistorio lojeño ha puesto a disposición de la escritora todo el material disponible en los archivos del Museo Histórico de Loja y una gran cantidad de entidades, fondos documentales y el testimonio de las personas que convivieron con “El maestro Maíz”, amigos y conocidos. Se trata de un prolífico autor, nombrado Hijo Adoptivo de Loja en 1989. Suyas son, entre otras, algunas obras en mármol del cementerio lojeño, además de la talla de la Virgen de la Esperanza que procesiona el Martes Santo. 

El colectivo Cabra en el Recuerdo rinde así homenaje al escultor egabrense, también llamado ‘Genio Chico’, que, aunque nació en Cabra, vivió en Loja durante casi 70 años, donde falleció en 1990. Su figura no se pone en valor sólo con la publicación de este libro, sino también con una exposición que aglutina obras nunca expuestas conjuntamente, así como el descubrimiento de una placa conmemorativa. La muestra permanecerá abierta hasta el 30 de abril en la Sala de Exposiciones de la Casa de la Cultura de la localidad cordobesa.

Los actos de presentación del libro e inauguración de la exposición se llevaron a cabo el pasado sábado 22 de abril en la casa de la Cultura de Cabra con gran asistencia de público. Entre los invitados estaban los dos hijos vivos del escultor, Antonio y Carmen, y el resto de la familia (entre ellos las pujantes Amalia y Estela, nieta y bisnieta, respectivamente de Antonio). También se encontraban el alcalde de la ciudad anfitriona, Fernando Priego, y del municipio lojeño, Joaquín Camacho, además de los artífices de la publicación, Rafael Luna, Antonio Arévalo, Antonio Jesús Pérez y la propia autora, Pilar Mortes. 

RESCATAR A MAÍZ DE CASTRO DEL SILENCIO Y EL OLVIDO

Como testigos imprescindibles, algunas de las obras que ejecutó el artista en su ciudad natal y un fotográfico recorrido por las piezas elaboradas tanto en su estancia en Madrid, como en Loja, donde vivió la mayor parte de su vida y  se le declaró hijo adoptivo siendo alcalde Manolo Martín. Hay que decir que a la presentación bibliográfica se une la citada exposición de sus trabajos, así como fotografías de su vida, y unos talleres sobre el artista y su obra a impartir durante unas semanas. En el acto se descubrió un relieve realizado por Maíz Castro sobre el que fuera su mentor Juan Soca, que preside las escaleras de la biblioteca municipal.

El libro biográfico tiene un total de 210 páginas profusamente ilustradas con imágenes de las distintas etapas vitales del artista, incluyendo igualmente un apartado exclusivo de fotos sobre sus trabajos. El relato tejido por Pilar Mortes traza con un lenguaje ameno y cercano  las mil y complicadas peripecias de su  vida, manteniendo en todo momento un respeto escrupuloso por las fuentes y los testimonios. La autora analiza y expone con seriedad algunos episodios controvertidos en su ciudad de nacimiento, y pone el foco sobre todos los avatares que tuvo que superar para sacar su familia adelante en momentos muy difíciles. Igualmente aborda las injusticias que silenciaron la autoría de muchas esculturas ejecutadas por Antonio Maíz y firmadas por los titulares de los talleres donde trabajó.

El alcalde de Cabra reconoció el ostracismo que se había vivido en su municipio con relación al “Genio chico” y la deuda pendiente que se tenía con él, ahora superada en buena parte con la edición de este libro, la exposición y las jornadas informativas.

El de Loja, por su parte, reconoció la imborrable huella que dejó el “maestro” en la vida sociocultural lojeña y el cariño que siempre le profesó su pueblo de adopción. No obstante, también afirmó que hay que trabajar mucho y de forma constante para dejar sin sentido el viejo dicho de que “nadie es profeta en su tierra”, dando luz a los hijos ilustres de cada ciudad.

En ese contexto, sería deseable que la exposición ahora presentada en Cabra pudiera tener su contrapartida con su muestra en Loja y, por qué no, que el consistorio lojeño hiciese una segunda edición del libro para hacerlo llegar a los vecinos de esta localidad.

Mientras tanto, Rafael Luna, Antonio Arévalo y la propia autora de la biografía se ofrecieron para incrementar el conocimiento y la difusión de Antonio Maíz Castro en Loja, congratulándose de la experiencia “tan formidable” que les ha brindado la amistad con la familia Maíz Jiménez y, por extensión, con el pueblo lojeño.

SOBRE MAÍZ CASTRO

Maíz de Castro nació en  Cabra en 1906. En 1949 se traslada a Loja donde trabaja ocasionalmente esculpiendo lápidas o de jornalero en el campo. Posteriormente se establece como docente, fundando en los años 50 una Escuela de Arte en el municipio. En agosto de 1989 es nombrado Hijo Adoptivo de Loja, ciudad en la que falleció el 25 de marzo de 1990. 

La obra de Antonio Maíz de Castro se encuentra repartida por toda España, destacando especialmente varias esculturas de personajes y políticos de Madrid; representaciones de figuras locales de Cabra y Lucena, como Juan Valera, Luis de Aguilar y Eslava o Pedro Iglesias; y varias obras de temática religiosa que se pueden ver en algunos conventos e iglesias de Loja, como la de la Virgen de la Esperanza. 

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