La segunda edición del Festival Flamenco Alcazaba de Loja, que organizó la peña del mismo nombre con motivo del 50 aniversario de La Volaera Flamenca el año pasado, fue todo un éxito de crítica y público al congregar en el complejo de piscinas Genil a más de un millar de aficionados de este arte. Ninguno quiso perderse una velada flamenca que ya prometía con un cartel de lujo, protagonizado por el baile apasionado de Farruquito y las inmensas y diversas voces de los cuatro cantaores gaditanos y granaínos: Capullo de Jerez, La Fabi, El Turry y David Sorroche, respectivamente.
El evento flamenco estuvo presentado por el maestro Juan Pinilla, quien enalteció en sus presentaciones a todos los artistas que se pasaron la noche del pasado sábado por el escenario lojeño con su conocimiento de este Bien Inmaterial de la Humanidad. Destacó el trabajo “incansable” de la peña flamenca Alcazaba para la difusión de este género, junto al apoyo institucional y comercial. De esta segunda cita y su cartel reseñó que “viene cargada de artistas de gran renombre y para todos los gustos, que vienen con la intención de deleitarnos con la magia y el pundonor del cante y baile flamenco más señero”. No quiso despedirse sin mencionar al lojeño Antonio ‘El Calero’ que falleció este mismo año.
A continuación, tomó la palabra el concejal José Antonio Gallego, quien manifestó su satisfacción de asistir a una velada flamenca de estas características, tras el éxito de la anterior. “Si el año pasado teníamos un gran cartel, este año no es menos, con artistas de primera talla y más de mil amantes del flamenco en este espacio municipal” y se refirió al apoyo del Ayuntamiento con una aportación de 30.000 euros. Para concluir mencionó una fecha: el 19 de agosto, que será cuando se celebre la 51 edición de La Volaera “uno de los concursos más importantes de Andalucía, en los que se pone en valor este Bien Inmaterial”, a la vez que alabó “el enorme trabajo” de la peña.
En sus primeras palabras, el presidente de la peña flamenca Alcazaba, Antonio Cáceres, agradeció la presencia del numeroso público. “Os doy las gracias por llenar este espacio, porque demuestra que, desde la peña, se está haciendo un gran trabajo y que le trasladamos al Ayuntamiento para que esté con la cultura y el flamenco”. Comunicó el deseo de su Junta Directiva para que “esta cita musical se convierta en un referente entre los mayores festivales de Andalucía y España por la grandeza de los artistas que participan”.
El acto contó también con la presencia de miembros de la Corporación Municipal; la presidenta de la Federación de Peñas, Pepi Martínez; y la diputada provincial Remedios Gámez.
EL FESTIVAL
Tras las intervenciones protocolarias, el cantaor granadino David Sorroche fue el encargado de abrir el festival lojeño con unas malagueñas. “Un cantaor joven de la tierra, poseedor de una voz llena de matices, titulado universitario, que lleva desarrollando una intensa carrera artística dentro y fuera de nuestras fronteras”, así lo definió Pinilla. Estuvo acompañado por el guitarrista oficial de la peña Carlos Zárate “maestro del toque forjado en peñas y festivales” y a las palmas de Antonio ‘El Tutu’, María Guerrero y la percusión José Verdejo.
Después fue el turno de la cantaora gaditana La Fabi, que repitió actuación en este festival lojeño, tras su exitoso paso el primer año. Estuvo arropada por un cuadro de “lujo y excepción” con la guitarra el jerezano Curro Carrasco (integrante del grupo Navita Plateá) y al compás Juan Grande, Zambullo, Juan Diego Valencia y Juan Mateo. De la cantaora el presentador destacó que es “festera por los cuatro costados, arrebatada por el duende que arremete los cantes con arrojo. Canta directamente con el alma y recoge el testigo de las últimas cantaoras festeras, adornando sus intervenciones con esas patas por bulerías”. Arrancó La Fabi su actuación con “un poquito de jaleo extremeño”.
El momento más esperado de la velada flamenca llegó en el ecuador del certamen con la aparición estelar del bailaor sevillano Farruquito. “Un artista que ha marcado a toda una generación -a pesar de su juventud-, no solo por su genialidad y su personalísima forma de bailar, sino por su manera tan rotunda de traducir el baile flamenco de su dinastía familiar al idioma de su juventud”, lo detalló Pinilla.
Sobre su baile, que le ha catapultado a la fama internacional desde muy niño, lo describió como “de templanza y desenfreno, de pasión arrebatada, de gusto exquisito de querencia por el cante, de equilibrios imposibles, de juegos de ritmo de una destreza asombrosa y de una personalidad atronadora” que no dejó impasible a ninguno de los espectadores que asistieron a la cita. En su cuadro estuvo acompañado por las voces de María Vizarraga, el Bola y el Chanito, la percusión de Paco Vega y la guitarra del jerezano Manuel Valencia.
Tras un breve receso, en la segunda parte apareció en la escena el cantaor granaíno Antonio Gómez ‘El Turry’, descendiente de una familia gitana y flamenca de la costa granadina. “Su desembarco se produjo hace unos ochos años y, desde que su garganta emanó aquellos sonidos, ya no lo hemos dejado bajar de los escenarios”, lo presentaron. Vino acompañado por una de las guitarras de más proyección de la actualidad, José Fermín Fernández, que se alzó hace unos años con el primer premio del Festival del Cante de las Minas y con el Nacional de Córdoba absoluto y a las palmas Gilberto de la Luz y Nano Cortés.
El broche final del Festival Flamenco lo puso el aclamado y esperado por la afición Capullo de Jerez con su cante “soniquitazo jerezano”, quien levantó al público de sus asientos para bailar al ritmo de su cante con piezas muy conocidas para sus admiradores en la mayoría jóvenes. Del resaltó Pinilla que es un “hombre que por su temperamento, personalidad y gracia se ha ganado a la afición entera con un sello personal e intransferible”. Contó en su cuadro flamenco con la guitarra de Ramón Trujillo, las palmas de Jesús Flores y José Rubichi y la percusión del Tripa.
Más de cinco horas de espectáculo flamenco que demostraron la importante tradición y afición flamenca que existe en Loja y que tuvo como anécdota una pedida de mano al cante de las bodas gitanas. Ahora queda esperar a la próxima cita en la ciudad que será, el próximo 19 de agosto, con la celebración de la 51 edición de La Volaera Flamenca en el hotel Mirador.