Mientras se pone en liza el primer tramo de la Variante de Loja y se ejecuta la redacción del proyecto de la nueva estación de alta velocidad en el paraje de la Dehesa de las Noventa, las dudas en el Ayuntamiento no dejan de aflorar. Informes de los técnicos municipales dejan claro que los datos facilitados por ADIF, en relación a su paso por el municipio, “son demasiado escuetos” para su posible repercusión. Hay temor por las afecciones de una obra que avanzó sobre la bocina para evitar la caducidad de la Declaración de Impacto Ambiental.
Fue el pasado 15 de agosto cuando entra en el Ayuntamiento de Loja el proyecto de construcción de plataforma de línea de Alta Velocidad Antequera- Granada Tramo: Variante de Loja- A-92. A partir de ahí, se pide informes técnicos a diferentes estamentos municipales implicados como es la empresa municipal Gemalsa y el Área de Urbanismo. Son estos escritos los que inciden en diferentes dudas al respecto de un trazado que se ejecutará en la falda norte de la Sierra Gorda de Loja.
Informe Gemalsa
El informe de Gemalsa se centra en las afecciones que la infraestructura puede acarrear al ciclo integral urbano del agua. En primer lugar, reiteran que el municipio de Loja se abastece al 100% de aguas subterráneas. Informa de las tres captaciones que hay para suministro y destaca la que se produce en el manantial de ‘La Cadena’, el que podría verse afectado. En ese sentido, el informe deja claro que “el Documento Informativo presentado por ADIF sobre la protección del sistema hidrogeológico y de protección de aguas es demasiado escueto para un sistema tan complejo”. También se pide que se tenga en cuenta la autorización del organismo de cuenca que establece el Reglamento de Dominio Público Hidráulico. Se pide por tanto que se tenga el informe preceptivo de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. “Se menciona que la traza irá por encima del nivel freático, sin embargo, éste es variable y no se aporta justificación de que realmente no vaya a ser superior”, se llega a destacar en el informe aportado por Gemalsa.
Otro aspecto que destaca el escrito de la empresa municipal de medioambiente, son las afecciones a las infraestructuras del ciclo urbano del agua. Aunque aclara que se han mantenido reuniones con la empresa encargada de la redacción del proyecto, no aparece las medidas en la planimetría. Gemalsa informó de las medidas a INECO (empresa pública española de ingeniería y consultoría del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana). También se insiste en que las obras de drenaje transversal planteadas no cuentan con los estudios hidráulicos pertinentes y que “a simple vista se puede saber que algunas soluciones podrían empeorar la situación actual y provocar aún más inundaciones en el casco urbano”.
Informe Urbanismo
Los ingenieros técnicos del Área de Urbanismo llevan a cabo un informe donde destacan sus cuestiones al respecto del proyecto. Inciden en la petición de una creación de vial definitivo de acceso a la Cooperativa San Isidro “con la previsión de todas las instalaciones necesarias para su correcto funcionamiento”. Estiman que se habla de su creación, pero no se hace referencia a la terminación del mismo con su correspondiente muro, escollera, etc. Tampoco observan medidas de protección de dicho vial, ni acerado, ni todas las canalizaciones para servicios como el alumbrado público.
Otra preocupación, que entienden no se aclara con la documentación actual, es el planteamiento de diferentes caminos de servicio y de enlace que discurren por propiedades privadas y que enlazan con vías que no son públicas. También piden detalles del uso como vertedero de una cantera abandonada que en estos momentos cambiaría la actual regulación de avenidas de agua, “lo que aumentaría previsiblemente los riesgos de inundación en los barrios altos de la ciudad”.
La principal preocupación radica en las medidas de protección del acuífero. “Resulta necesario garantizar que la posible afección resulte mínima”, se escribe en el documento de ADIF, con lo cual se da por sentado que existirá una afección. Esta parte del documento aumenta las dudas sobre el proyecto a pesar de que se recoja que “no se produce afección por cota, no se produce efecto barrera, no se interfiere en la recarga, y se reconoce la posible interceptación de flujos tránsito o conductos kársticos, pero señala que sería inapreciable en la recarga del mismo”. Ante esto, los informes municipales son taxativos al señalar que “nada de lo anterior se acompaña con estudios, documentos, que garanticen a este municipio con total seguridad que el acuífero Sierra Gorda, no va a ser afectado”.
La afección a barrancos provenientes de la Sierra de Loja se estima importante al usarse dos canteras como puntos de vertedero. La restauración de éstas deberá de prever el cambio del discurrir de las aguas superficiales. Es por ello que se pide que se tenga en cuenta el ‘Proyecto de Saneamiento y Encauzamiento de Barrancos’ redactado por la Junta de Andalucía. En el mismo se señala que una de las problemáticas del núcleo de Loja, desde el punto de vista de las inundaciones, son los barrancos que se incorporan de forma brusca al viario urbano, siendo la ciudad una de las zonas de riesgo máximo.
Medidas compensatorias
Otro aspecto, no menor, es la afección a zonas y masa forestal y su posible reposición, así como la flora y fauna. El informe municipal solicita expresamente la reposición de zonas afectadas y medidas compensatorias para actuar sobre los dos Monumentos Naturales de Loja: Nacimiento de Riofrío y de los Infiernos. Se pide actuaciones concretas en los mismos e incluso la adquisición de los terrenos de su entorno. Al menos en el caso de Riofrío, se estima que se estudia la adquisición de terrenos que podrían ser cedidos al Ayuntamiento para su mejora y puesta en valor. Lo mismo sucede con el entorno de los Infiernos, donde se plantean medidas con el proyecto Paseo del Genil.
También se pide como medida compensatoria la constitución de una red de caminos auxiliares, pistas forestales en beneficio de todos los usuarios de la localidad y en concreto en el paraje de Sierra de Loja. En el plano aparece un camino que uniría con el Polígono Manzanil II, lo que posibilitaría la entrada y salida de vehículos de la actual embotelladora ‘La Presa’.