Unos 350 vecinos de Venta del Rayo y sus diseminados llevan desde el pasado jueves sin poder consumir el agua que brota de sus grifos, por la turbidez que se detectó en el manantial de la Atajea. Desde ese día, estos vecinos no pueden utilizar el agua del grifo para beber, pero tampoco para preparar alimentos ni asarse.
Según ha informado la empresa municipal Gemalsa, el agua sigue saliendo turbia de los grifos de las viviendas, aunque, y esta es la novedad, “el valor de turbidez ayer era un poco inferior”. En cualquier caso, la empresa encargada del suministro de agua dice que hay que esperar “más días”, sin precisar cuántos, hasta que pueda volver a consumirse con total garantía.
Gemalsa afirma que es algo que ha pasado en otras ocasiones, sobre todo después de precipitaciones abundantes, aunque “no se recuerda que haya salido tan turbia”. Argumenta que siempre que crece el caudal del manantial el agua se pone turbia, “pero esta vez ha crecido muy rápidamente, algo que tampoco se común que ocurra”, por lo que esa podría ser la explicación de una turbidez tan alta como la detectada, “fruto de los arrastres por la gran cantidad de agua que ha caído en muy poco tiempo”.
La empresa municipal asegura que la normativa actual exige llevar un control de la turbidez del agua, unidad que se mide con un turbidímetro, especifica, “y es la propia normativa la que establece los límites para que el agua se considere apta o no para su consumo”.
En el caso actual, el agua supera “con creces” los límites permitidos, por lo que una vez que se conocieron esos valores anormales “rápidamente se abrió la incidencia y el jueves pasado ya se tuvo la resolución de la Consejería de Salud y Consumo calificando la zona de abastecimiento de Venta del Rayo como no apta para el consumo”. Algo que posteriormente se puso en conocimiento de la ciudadanía a través de un bando municipal.