La Fuente Santa de Loja aún espera poder recuperar el esplendor de antaño. El Ayuntamiento de Loja continúa los trámites para la restauración de este histórico monumento. En enero de 2022 firmó su compra, tras lo cual vino la limpieza de la maleza y posteriores estudios arqueológicos. Ahora el proyecto avanza con los trámites administrativos oportunos.
Según ha indicado el concejal de Cultura, José Antonio Gómez, ya se cuenta con el proyecto de actuación. La pasada semana se dieron los últimos retoques a un documento elaborado por el arquitecto lojeño Raúl Astorga, y en el que ha trabajado los últimos años. El edil ha recordado que se ha tenido que trabajar con la Delegación de Cultura, y también con Medioambiente. “Con los últimos retoques no creemos que ambos organismos presenten alegaciones, porque las catas arqueológicas que se hicieron no dejaron ver que hubiera restos que hicieran que la intervención fuese más complicada”.
Aún se está a la espera de la autorización definitiva, tras lo cual se presentará el proyecto. El consistorio actuará en una primera fase en la fuente en sí y en su entorno más cercano. Para después se dejaría la zona oeste del recinto, que también adquirió el ayuntamiento.
A primeros de septiembre el concejal prevé reunirse con la Delegación de Cultura para tratar el proyecto, y también otros importantes, como la rehabilitación de la ermita del Calvario o la Alcazaba –aunque este ya tiene el visto bueno-.
El proyecto tiene un coste de unos 600.000 euros. Según el concejal, actualmente “no habría vía de financiación” para esta actuación, pero se está trabajando para tener un proyecto valorado “con el que poder presentarlo a cualquier subvención que convoquen administraciones superiores”.
ANTECEDENTES
El 12 de enero de 2022 el Ayuntamiento de Loja recuperó la propiedad de la Fuente Santa, monumento del siglo XVI, por 150.000 euros. Además de la propia fuente, también se compraron 13.000 metros cuadrados anexos para crear un gran espacio recreativo.
Semanas después, intervino en la limpieza de la vegetación que cubría el lugar y se intervino con trabajos de excavación arqueológica para analizar, entre otras cuestiones, el estado de conservación del monumento y el potencial arqueológico del terreno. Los trabajos se realizaron bajo la dirección del arqueólogo Roque Modegro, a través del equipo técnico-científico del Laboratorio de Arqueología Biocultural (MEMOLab) de la Universidad de Granada.
El origen de esta fuente, también denominada en sus inicios como de ‘Alcántara’, data de tiempos inmemoriales al saber que el manantial ya era conocido en época romana. No fue hasta 1576 cuando se mandó construir este monumento dada su fama curativa. Una fama que se extendió hasta llegar a la monarquía, que adquiría lacrada las botellas de la fuente. Ese fue el nacimiento de la primera agua embotellada y con denominación propia de España.
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