La Real Feria Grande de Loja 2024 ya forma parte de la historia. Lojeños y visitantes han cerrado días de convivencia con familiares, amigos y visitantes que quedan para el recuerdo. Como marca la tradición, las fiestas lojeñas se han despedido con Caridad y fuegos artificiales.
Después de jornadas maratonianas en la calle, disfrutando de las barras en el centro histórico y de las casetas y atracciones en el ferial, los lojeños han llegado al domingo con las fuerzas justas para despedir su feria como se merece. Aunque un día después de los habitual, la Patrona ha contado con el protagonismo que se merece. La Virgen de la Caridad fue agasajada el sábado con nardos, aquellos que la rodean de un olor especial cada final de las fiestas. Ha habido lleno de la Iglesia de la Encarnación en el segundo día de novena de la Virgen.
El párroco Enrique Ferrer, acompañado por el sacerdote lojeño, Elías Cordón, ha celebrado la Santa Misa. Aunque el calor dentro del templo era extenuante, se ha llenado para rendir tributo a la titular de la Hermandad Patronal. Recordar que la novena continuará cada día a las 20 horas, siendo media hora antes la adoración al Santísimo. El domingo tras la Misa de 12 será el traslado a su ermita.
Preparados sus horquilleros para portar a la Reina de Loja, la comitiva se conformó con las diferentes representaciones de las Hermandades y Cofradías del municipio. Tras ellas se ha contado con un buen número de lojeños que han querido acompañarla con su vela. Sumar a ello los representantes de la corporación municipal con presencia de los tres grupos municipales. También se ha sumado el cuerpo de Bomberos y Policía Local.
La Banda de Cornetas y Tambores Flor Entre Espinas ha abierto el desfile con su buen hacer, dentro del arranque de una nueva temporada para ellos. A ello se ha sumado el acompañamiento musical de la Banda de Música de Loja que ha acompasado el caminar de los horquilleros. La Virgen ha lucido esplendorosa con el brillo de sus joyas y los cristales de faroles y corona. El exorno florar, aunque sin faltarle sus reconocidos nardos, contó con más variedad.
Ha sido poco después de las 21 horas cuando la Virgen de la Caridad ha salido por la portada de la Iglesia de la Encarnación. Esperada por lojeños y visitantes, la Patrona ha comenzado a caminar con la dulzura que la caracteriza. La marcha Caridad del Guadalquivir fue la primera marcha que se ha entonado en su honor.
Este año, debido a las obras en el Mercado de Abastos y su entorno, la procesión ha vuelto a subir al Barrio Alto. Ha sido antes de llegar a la carrera de San Agustín, en Duque de Valencia, donde se ha vivido el momento emotivo de la procesión. El Coro Ajoblanco, donde estuvo como integrante muchos años, ha rendido un emotivo recuerdo a la figura de Néstor Torres, anterior Hermano Mayor de la Hermandad que recientemente nos dejó. La sentida letra de la canción dejó ha dejado a todos los presentes emocionados, máxime cuando se ha mostrado una fotografía de él en una desde uno de los edificios.
El cortejo se ha alargado antes de la subida por la Cuesta El Arca. Las marchas se han sucedido para lucir como se merece a la Patrona en uno de los tramos con más presencia de público. Muchos lojeños y visitantes aprovechaban para volver a llenar las terrazas, algunos a la espera ya de los tradicionales churros con chocolate.
Del paso por el barrio Alto hay que destacar el recibimiento de las Hermandad de Santa Catalina (Servitas, Huerto, Favores y San Roque) en la portada de la Iglesia de Santa Catalina. El templo teoletero se ha abierto para que la Virgen de la Caridad se acercara a su puerta. El párroco, Juan Carlos Burgueño, ha comandado la representación.
La procesión ha comenzado su regreso con rapidez dejando su imagen en la siempre favorable calle Tamayo. El encierro se ha producido justo en la media noche, aunque una última marcha en el interior del templo ha posibilitado despedirla con más tranquilidad. La Caridad ha dejado un año más su impronta a la espera de un próximo 31 de agosto.
Fue justo tras la salida de fieles de la iglesia cuando ha sonado el primero de los tres avisos antes del inicio del castillo de fuegos artificiales. Los lojeños han buscado los puntos habituales para disfrutarlos: mirador Isabel de Castilla, Mesón de Arroyo, plaza Blanca, Paseo del Genil, etc. De nuevo se han lanzado desde la explanada aledaña al Campo de Fútbol de los Veteranos. Esa ubicación facilita su visualización desde muchos lugares de la ciudad.
Ha sido a las una menos veinte cuando se ha dado inicio al espectáculo pirotécnico. El mismo ha tenido una duración de 10 minutos con más de 90 kilos de pólvora quemada. Se han mezclado diferentes tipos de cohetes, con variedad de formas y colores que han iluminado la noche lojeña. Como marca el rito, se ha esperado a la traca final y al ‘gordo’ para dar por concluidas las fiestas.