El pasado viernes cerró sus puertas Joyería Fermín Sánchez por jubilación de su propietario. Se trata de un establecimiento emblemático del centro histórico de Loja, que ahora pierde a uno de sus referentes. Sánchez además es un auténtico defensor del comercio en este punto de la ciudad, ya que fue el primer presidente y uno de los máximo creadores de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico.
Dentro de una fiesta de despedida, donde le acompañaron familiares, amigos y compañeros, Sánchez ha recordado sus 45 años de vida dentro de su joyería. Con una tarta, que conmemora sus 65 años, vítores y confeti, el joyero ha celebrado el paso a una nueva etapa personal. Un paso que da acompañado de su compañera de vida y profesión, Rosa, que, junto con sus tres hijas, es el pilar de su día a día.
Procedente de sus padres, que también continuaron una tradición familiar, Fermín ha buscado dar lo mejor de sí en su atención al público. Después del paso del tiempo, ha reconocido ante este momento estar “muy feliz y a la vez muy triste por dejar un negocio con tantos años”, pero entiende que todo tiene “un comienzo y un final”. Sánchez se ha mostrado orgulloso de contar con el apoyo de muchos compañeros del centro histórico e insiste en que hay que seguir luchando por el comercio en este punto de la ciudad. “He estado ocho años de presidente de la asociación siempre luchando con los políticos para que apuesten por el casco histórico, ya que la realidad es que una ciudad sin su corazón no es ciudad”, ha comentado el joyero.
“Me quedo con el cariño de la gente que ha visto que hemos luchado día a día por hacerles buenos trabajos”, ha afirmado Sánchez que cree que es fundamental que el cliente no se sienta extraño en el comercio. En ese sentido, ha opinado que la gente entra al negocio como amigo para buscar asesoramiento. “Para mí es una alegría y un placer poder ayudar a las personas y que puedan cumplir sus sueños”, ha admitido el joyero que tiene buenos recuerdos de la relación con sus clientes. También ha reconocido que la venta en joyería ha cambiado mucho, al igual que en otros negocios.
Fermín ha vivido su vida profesional unida a su vida personal. Con 50 años de matrimonio, Sánchez ha desarrollado su matrimonio con Rosa trabajando conjuntamente en la joyería. Fruto de ese amor cuenta con tres hijas que han emprendido sus propios proyectos de vida y profesiones. En ese sentido, el joyero admite que le hubiera justado contar con sucesión en la joyería, como él hizo con sus padres, pero cree que es importante haber dado libertad a sus hijas para elegir su futuro. “Me acuerdo de mis abuelos y de mis padres que me han visto ir desarrollándome por la vida en el negocio que ellos empezaron”, ha expresado Sánchez, que cree que ello es “gratificante y especial”. La joyería la iniciaron sus abuelos, que antes de la Guerra Civil se establecieron en Loja procedentes de Alcalá la Real. Fermín comenzó su labor en el comercio en el año 1980 y cree que sus familiares se deben de sentirse orgullosos de él.
El joyero espera que la gente de Loja se quede con el recuerdo del argado personal que han recibido. “No es un cariño y amor por el ser empresario sino mucho más”, ha explicado Sánchez que espera dejar un buen recuerdo en los lojeños. Como último mensaje, el joyero ha insistido en que es un lojeño que ama a su tierra y espera ayudar y vivir como uno más de la ciudad. “Seguiremos ayudando y teniendo vivencias del día a día con otra gente”, ha deseado Fermín para un futuro dentro de su nueva etapa de jubilado.
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