Loja vivía con ilusión la llegada de Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente. En esta ocasión, como ya ocurriera los últimos años, llegaban a la localidad en tren, donde fueron recibidos por el alcalde de la ciudad, Joaquín Camacho. Eso sí, tras bajarse de la Estación de San Francisco, este año a Melchor, Gaspar y Baltasar, les habían preparado una sorpresa antes de iniciar la Cabalgata. Y es que en esta ocasión tres coches de época, de principios del pasado siglo, ofrecidos para la ocasión por Talleres Astorga, les esperaban para conducirles hasta el lugar en el que se iba a iniciar el desfile.
Así, Sus Majestades fueron conducidos, acompañados por numerosos personajes infantiles y cabezudos y sus pajes, hasta el Paseo de Narváez, donde ya les esperaban cinco carrozas perfectamente engalanadas para la ocasión y desde donde se iniciaría la Cabalgata, que recorrería el Puente Gran Capitán para cruzar al otro lado de la ciudad y continuar por la Avenida Pérez del Álamo, Avenida de Los Ángeles, Carrera San Agustín, Duque de Valencia, calle Real hasta llegar al Mesón de Arroyo, donde finalizaría tras casi tres horas de recorrido.
Junto a las tres carrozas reales, otras dos carrozas acompañaban la comitiva, una del Club Deportivo Medina Lauxa, denominada ‘la carroza del deporte’ con los personajes de los dibujos de ‘Oliver y Benji’ como protagonistas de su decoración; y otra de la asociación “Loja, Dos Reinos, Dos Culturas”, que representaba a la Alcazaba de Loja y encabezada por la Reina Isabel La Católica y Boabdil, quienes, para la ocasión, habían dejado aparcado su enfrentamiento, y convivían perfectamente unidos en un día tan especial.
Además, la música la ponían la Banda de Tambores y Cornetas ‘Flor Entre Espinas’, con un centenar de integrantes y la Asociación ‘Banda de Música de Loja’, quienes ofrecieron un amplio repertorio de canciones a lo largo de todo el recorrido.
La comitiva la completaban numerosos personajes infantiles de siempre, tan queridos como Mickey y Minnie, el Pato Donald y Daisy, Goofy y Pluto, etc, y otros personajes más actuales, como son los Lunnis. Junto a ellos, tres enormes cabezudos les acompañaban en el trayecto y todos iban haciendo las delicias de los más pequeños, que se acercaban a ellos para recibir su saludo.
Durante el trayecto, que fue seguido por centenares de niños y mayores, y en el que no hubo que lamentar incidentes, gracias al fenomenal trabajo de los voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil y la buena coordinación con la Policía Local en todos los cruces conflictivos, se repartieron más de 1.500 kilos de caramelos, que hicieron las delicias y llenaron de emoción e ilusión los rostros de los más pequeños de la casa, que ya soñaban con la llegada, en las horas siguientes, de Melchor, Gaspar y Baltasar por cada uno de los domicilios lojeños.
Especialmente emocionate volvió a ser el paso de Sus Majestades por la Avenida de los Ángeles y el centro de la ciudad, donde era imposible calcular la cantidad de público que se acercó para ver el paso de los Reyes Magos y recoger los caramelos que no paraban de lanzarse desde las tres Carrozas Reales.
La Cabalgata concluiría, como es habitual, en el Mesón de Arroyo, después de otra emocionate e intensa visita a Loja por parte de los Reyes de la Ilusión.