Tal y como anunció previamente, Néstor Torres ofreció para abrir oficialmente la Feria Grande de Loja un pregón muy reivindicativo, en el que el protagonista quiso destacar el espíritu casetero de la Feria tradicional, la del recinto ferial, así como el carácter de ‘Real’, concedido oficialmente desde su aprobación mediante privilegio de Carlos II.
Néstor Torres abrió su pregón ante un público que prácticamente llenó el Auditorio del Centro Cívico ‘Adolfo Suárez’ de forma muy sentida y prosaica, que arrancó con un guiño al agua, sus ríos y fuentes y con la primera de las varias referencias y alusiones dedicadas a La Patrona de Loja, la Virgen de la Caridad.
Tras reconocer la dificultad de pregonar la Feria de Loja y, sobre todo, ante la calidad de quienes le precedieron en años anteriores, lo que hizo con un ¡Uf, sí que me han puesto alto el listón!
Seguidamente reconoció “el inconmensurable honor que entraña el pregonarle a tu pueblo” y recordó a las personas de su familia que antes que él han tenido la oportunidad de hacerlo, comenzando por Rafael Morales Torres y, como no, su padre, Manuel Torres Rivas, “quien además de trazar las líneas de mi trayectoria personal y profesional, tuvo el honor se ser Alcalde de esta ciudad”.
Ya centrándose en lo que para él supone la Feria Grande de Loja, Torres comenzó por destacar el veterano concurso de la ‘Volaera Flamenca’, surgida en 1971 y que este año ha cumplido ya 44 años. Así, destacó a muchos de los artistas que han pasado por ella, citando a ‘El Perro de Paterna, Luis de Córdoba, Antonio Porcuna ‘El Veneno’.., así como los distintos escenarios en los que se ha celebrado. De todos ellos citó La Alcazaba y lanzó su primera reivindicación: ¡Cómo me gustaría que la Volaera volviera a celebrarse en dicho escenario y que este certamen regresara a sus orígenes!
Torres Lara se detuvo a continuación en Rafael Muñoz ‘Mondete’, quien “año tras año, armado de grandes dosis de ilusión va dando forma a nuestro singular Molinillo, el preciado galardón que se disputan los cantaores, la ansiada ‘Volaera’ de plata. Puesto a reconocer recordó a Ramón Jiménez, más conocido como ‘Ramón de Loja, El Faraón Gitano’, destacó a Cristian Delgado, “presente y futuro del flamenco lojeño” y, por supuesto, a Antonio Moreno ‘El Calero’. Fue el momento en el que, acompañado por su hijo Antonio ‘El Nino del Calero’ a la guitarra, apareció en el escenario para interpretar con maestría unas bulerías dedicadas a Loja.
Tras la primera actuación de la noche, Néstor Torres se detuvo en las sierras de Loja. Fue el momento de detenerse en la antigua cabalgata de la Reina de las Fiestas y, como no, en su “eterna” Reina, Angustias. Fue el momento de lanzar su segunda reivindicación: “Estoy seguro que ella, estaría encantada y orgullosa de que su pueblo retomara esta tradición, porque creo que ya va siendo hora de volver a ver las Peñas, para orgullo propio y envidia de los demás, afanarse por conseguir la carroza más elegante o las más divertida”. Y añadió: “Quizás por vivir de nuevo aquella felicidad de cuando era niño, me gustaría de nuevo ver esa Cabalgata abriéndose paso por nuestras calles y volver a disfrutar de la lluvia de serpentinas y confeti, del incesante ir y venir de los chiquillos persiguiendo caramelos”.
Llegó seguidamente la segunda actuación de la noche, que correría a cargo de Boni y Antonio, dos integrantes de la Escuela de Piteros y Tamborileros de la Hermandad del Rocío de Málaga.
Continuando con sus recuerdos, ya a la edad de 20 años, dijo recordar “forasteros, gente por todas partes y bares, nunca mejor dicho, haciendo su agosto. El Corpas, Quintana, Casino, Sindicato… no había un bar en el que no entráramos con nuestros padres, nuestros mentores en este arte de compartir alegría”, destacó Néstor Torres.
Y como no, llegó el momento de hacer referencia a los diferentes escenarios sobre los que se ha asentado la Feria de Loja a lo largo de los años. Las Tercenas, el Paseo, La Malagona y La Joya. De este último lugar dijo tener sus recuerdos más frescos. Ahí destacó sus casetas y quiso detenerse especialmente en una de ellas: Humahuaca, por su carácter solidario.
Volvió a bajar en el carro de Felipe, su ‘Cuñao Mayor’, de caseta en caseta, entre ellas la de la Caja Rural. Esta última fue uno de los primeros escenarios del Coro Rociero, precedente del grupo Ajoblanco.
De nuevo un recuerdo hacia la figura de su padre, Manuel Torres, también Hermano Mayor de la Virgen de la Caridad. “Creo que para todos los cofrades lojeños nuestra Patrona debe ser motivo de orgullo, que todos los lojeños debemos volcarnos con la Reina de Loja, acompañándola en su recorrido, engalanando nuestras casas, tenemos que abrir nuestro corazón”, reivindicó.
Fue el momento de, junto con sus compañeros del grupo Ajoblanco, rezarle a la Virgen de la Caridad una sentida Plegaria.
Tras la misma llegó el momento más crítico de la noche. Néstor Torres confesó que “la actual Feria de Día no me gusta, no veo ese ambiente feriado tradicional que aún se exhibe en otras localidades, eso no es feria, mi feria es Real: casetas con sus toldos, sus mesitas y sillas de anea, mujeres vestidas de Gitana, paseo a caballos. Y el centro, pues eso, los bares con sus terrazas y actividades acordes a las fechas. Bares que, en conjunción con nuestro Ayuntamiento organicen actividades, decoren las calles y doten de contenido estos días festivos”
Eso sí, Torres dijo que sí hay cosas que le gustan, por ejemplo los toros: “Sí, me gustan los toros, que le voy a hacer, para mí son un arte, entiendo que haya gente a la que no, pero como nuestra Real Feria, es algo propio, los toros son fiesta y que mejor momento para disfrutarlo que durante la Feria”. Ahí lamentó que desapareciera la plaza de toros de Loja, construida en Los Ángeles, allá por el año 1928.
También celebró que continúe celebrándose el Open de Tenis ‘Ciudad de Loja’.
“Todo esto es nuestra Feria, ‘Real’, privilegio concedido por el monarca Carlos II en el año 1690”, también con su Feria de ganado, resaltó.
A partir de ahí una mención a las Iglesias y Ermitas, la Alcazaba, El Pósito, la Casa Consistorial, el Convento de Santa Clara, sus fuentes y manantiales, en definitiva, “un entorno privilegiado para quiénes quieran venir a visitarnos durante estos días festivos”, dijo sin dudar.
Con un ¡Que viva la Feria y que viva nuestro pueblo!, finalizó Néstor Torres su pregón
Después, ya con su madre en el escenario, el alcalde de Loja, Joaquín Camacho, le entregaría al pregonero de este año una réplica de la fachada del Palacio de Narváez.