Era una noche de estreno aunque el fin era el mismo que en años anteriores, homenajear a los mayores lojeños, pero el valor añadido de la nueva ubicación de la fiesta hizo que la velada fuese aún más agradable y emotiva.
A partir de las nueve de la noche ya se encontraban en el Complejo Municipal de Piscinas Genil las 1.200 personas inscritas para la ocasión, y todas las mesas preparadas conformando un magnífico ambiente de familiaridad y amistad.
La Corporación Municipal estaba representada por el alcalde, Joaquín Camacho, la concejal delegada de Bienestar Social, Matilde Ortiz, el portavoz del Grupo Popular, Joaquín Ordoñez, y el del Grupo Socialista, Juan Francisco Mancilla. Además se encontraba la delegada del Gobierno en funciones, Inmaculada Oria, y el capitán de la Guardia Civil.
Desde todos los rincones del municipio se habían reunido las personas mayores, salvo de Ventorros de San José, que celebraron su propia fiesta el viernes pasado. Acompañados por los alcaldes pedáneos y en cualquier caso, con los trabajadores y trabajadoras del Área de Bienestar Social, que habían trabajado denodadamente para que todo estuviese listo; y todo el personal de compañía de aquellas mujeres y hombres que tenían problemas de movilidad. Así mismo se encargaron de que todo transcurriera perfectamente los agentes de la Policía Local, Protección Civil y Cruz Roja.
Durante más de tres horas, todos los participantes disfrutaron de un apetitoso menú que ofreció Grupo Manzanil, hubo música, baile, sorteos y, como momento esencial, cuando se personalizó este homenaje en el hombre y la mujer de más edad allí presentes. Cecilia Rosales Galeote, nacida el 2 de febrero de 1922, y Rafael Velázquez Fusteros, nacido el 19 de junio de 1926, con 94 y 90 años, respectivamente, recibieron de manos del alcalde, de la concejal de Bienestar Social y de la delegada del Gobierno un ramo de flores, una placa acreditativa del reconocimiento y un gran rosco de Loja a tamaña gigante, pero sobre todo recibieron la ovación de todo los asistentes, consideraciones que ellos dos agradecieron emocionados.
En los discursos que ofrecieron los representantes públicos se puso de relieve el justo reconocimiento de que eran acreedores las personas de más edad, por todo el trabajo que han realizado a lo largo de sus vidas para sacar adelante a sus familias, pero también, y no menos importante, por la contribución común que todos habían hecho para que Loja sea lo que es. Así mismo se recordaron las políticas sociales que desarrollan las administraciones públicas.
La fiesta continuó con el baile, las risas y los recuerdos de las personas concurrentes.