El Ayuntamiento de Loja quiere dar un paso más en la puesta en valor de uno de los recursos naturales más importantes de la ciudad: el agua. Para ello, estudia la forma de sacar a la luz los numerosos nacimientos del casco urbano que las diferentes intervenciones urbanísticas realizadas en las últimas décadas han dejado ocultos.
El Área de Obras y Servicios del consistorio lojeño ha realizado un plano con todos estos nacimientos “enterrados” bajo la trama urbana. De momento se han localizado 15, pero el titular de la concejalía, Antonio Ramón Molina, vaticina que serán algunos más. “Tenemos que estudiar la forma de recuperar estos manantiales para ponerlos en valor, pero es algo que no va a ser fácil”, afirmó Molina, quien añadió que la mayoría “se han tapado o canalizado para que vayan al río”.
También se ha realizado un inventario de todas las fuentes que existen en el municipio. En el casco urbano se han contabilizado un total de 56 puntos de suministro de agua. Muchos de ellos presentaban deficiencias por diferentes motivos que el Ayuntamiento ha subsanado. Así, se ha intervenido en 22 fuentes, “que se han restaurado y reparado de actos vandálicos que estamos sufriendo”, explicó Molina.
En este punto, el concejal lamentó que en el municipio no exista una “cultura del agua” por parte de la población para que este recurso natural “se valore como debe, ya que es imprescindible”. Por ello, anunció que el Ayuntamiento pondrá en marcha una campaña de sensibilización sobre este asunto.
Por otro lado, el consistorio se ha propuesto gestionar de la mejor forma posible las fuentes del municipio para reducir costes y conseguir un uso más racional de las mismas. Según sus cálculos, el mantenimiento de las tres fuentes ornamentales que existen en el municipio –las de las rotondas de El Paseo, El Taxi y la Piscina Yola- cuesta anualmente 14.088 euros, que se destinan a pagar el consumo eléctrico que genera su circuito cerrado de agua. “Vamos a iniciar un estudio para ver la forma en que estas tres fuentes se surtan de los nacimientos naturales que hay cerca de las mismas para ahorrar así en el consumo eléctrico”, apuntó Molina.
Las fuentes de agua potable también suponen un importante gasto para las arcas municipales. El Ayuntamiento cifra en torno a los 30.000 euros su coste anual, cantidad que se destina al clorado del agua para que sea potable y al bombeo a cada uno de los puntos de suministro. Por ello, y con la idea de que el agua no se malgaste, se ha instalado en algunas de ellas un sistema de suministro “de botón”, que evita que el agua esté brotando continuamente.
Muchas de las actuaciones realizadas en las fuentes se han llevado a cabo por los alumnos de la Escuela-Taller de Sostenibilidad Urbana, centrado en redes de canalización de agua y saneamiento, que se está impartiendo en el municipio. “Sus 12 alumnos están realizando trabajos que por motivos de personal u otros factores no se podían hacer por parte de Gemalsa”, explicó Hilaria Muñoz, concejal de Desarrollo. Durante el año que dura la acción formativa, realizarán tareas de apoyo a la empresa municipal de agua, reparando averías o abriendo canalizaciones en plena obra. “La idea es que cuando acaben el curso tengan la mayor formación posible para que después se puedan incorporar al mercado laboral”, destacó Muñoz.