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domingo, 22 de diciembre de 2024

El lojeño Antonio Cobos, Jefe de la Policía Local de Íllora, lidera un método con el que la localidad ha logrado frenar el coronavirus

El rastreo con técnicas policiales para localizar a los contactos de los positivos, con unos 200 vecinos aislados, ha permitido que la tasa de contagios en esta localidad sea de las más bajas

La localidad de Íllora, en el Poniente Granadino, ha conseguido tener la tasa más baja de contagios por Covid-19 de los pueblos colindantes y de los de su tamaño y ha bajado también las estadísticas en comparación con el resto de la provincia y el país. Con 10.233 habitantes, este municipio sólo ha registrado seis positivos y no ha tenido que lamentar ningún fallecido. De hecho los seis positivos suponen una tasa de 0,58 contagiados por mil habitantes, frente a la tasa de 3,24 de la provincia granadina (a fecha 12 de mayo) y el 4,82% de España. Si comparamos esta estadística con otros pueblos vecinos, aún es más significativa, ya que Pinos Puente, con 10.718 habitantes tiene una tasa de contagio del 5,84% y cuenta diez fallecidos y en Montefrío con la mitad de vecinos de Íllora (5.472) han alcanzado una tasa de contagio diez veces mayor, 6,03%, teniendo que lamentar tres muertes.

La clave de esos magníficos números de Íllora está en el método empleado, gracias a la propuesta del lojeño Antonio Cobos, que es el jefe de la Policia Local de esta localidad y a la buena coordinación de este cuerpo con el resto de las administraciones tanto políticas como sanitarias del municipio. De hecho, dos días antes de que se decretara el Estado de Alarma se creaba el Comité de seguimiento del coronavirus de Íllora, integrado por el alcalde, la concejala de Sanidad, el jefe de la Policía Local y el coordinador de Enfemería y la directora del centro de salud, en representación de los profesionales sanitarios. Por ello, el 12 de marzo Íllora ya decidió rastrear el virus y establecer un sistema de aislamientos con cuarentenas, a través del cual se ha seguido el rastro de aproximadamente unos 200 vecinos de la localidad que tenían sospecha de Covid-19 o que eran contactos directos o indirectos de los seis positivos confirmados.

Como nos cuenta Antonio Cobos “lo que hemos hecho en Íllora es extrapolar la técnica policial de investigación para hacer un seguimiento personalizado de todos los casos que han ido surgiendo en el municipo, bien de casos confirmados o sospechosos”. Como añade “todo empezó el día 12 de marzo, cuando nos llegó la noticia de la posible infección de una vecina, que dos días después obligó a su ingreso en un hospital al confirmarse dicha infección. Por eso, antes de que se declarara el Estado de Alarma y al tener este caso, decidimos poner en marcha la medida de establecer un aislamiento, cuanto todavía no había ningún tipo de protocolo a nivel nacional y se acordó, en coordinación con el Centro de Salud, aislar a los familiares y compañeros de trabajo de esta persona en prevención”. De hecho, sólo en este primer caso se aisló a 14 personas, entre ellas un bebé de pocos meses.

A partir de ahí se ha ido empleando el mismo sistema con el resto de personas infectadas, lo que ha hecho mantener en situación de aislamiento a unos 200 vecinos de la localidad. Y es que, como destaca Antonio Cobos, “tan fundamental es localizar a las personas que están infectadas como saber dónde, cuándo y cómo se han infectado, porque gracias a ese análisis de la información, sabemos que de los seis casos confirmados de Covid-19 en Íllora, realmente dos de ellos son de personas que están empadronadas en el municipio, pero residen fuera desde hace meses”. O sea, que de los seis casos, dos se han infectado fuera del municipio ilurquense.

Así pues, la labor llevada a cabo a través de la Policía Local ha sido recopilar todo tipo de información, es decir, “hablar con estas personas, decretar su aislamiento y averguar el origen de la infeccción, para saber si el foco lo teníamos en el mismo municipio o venía importado de otros lugares, como de hecho ocurrió con el primer caso, cuyo foco de infección fue un viaje que realizó a Madrid en el puente del Día de Andalucía, o dos casos que se habían producido en personal sanitario en sus centros de trabajo fuera del municipio. Otro foco que detectamos fue de un viaje de personas mayores del municipio entre el 3 y el 6 de marzo a Benidorm y a través de este sistema hemos podido aislar y alejar el virus del resto de los vecinos”, nos cuenta el jefe de la Policía Local de Íllora.

Durante todo ese tiempo de aislamiento se ha mantenido un contacto permantente con estas personas, a las que se llamaba diriamente para conocer cómo estaban y cómo iban evolucionando y así se obtenía también la información necesaria para localizar los posibles focos de infección. No sólo eso, sino que también, dentro de ese seguimiento se ha tenido una atención personal, especialmente con las personas mayores, a las que desde la propia Policía Local se les han llevado las compras de comida, medicamentos, bombonas de butano, hasta pilas para audífonos o aquello que han necesitado. Incluso también han sacado la basura. “La policía estamos para eso, para ayudar a las personas y eso es lo que de verdad nos llena, porque nuestra función es la de servicio al ciudadano”, señala Cobos.

Destaca el jefe de la policía de Íllora que, en general, todos los ciudadanos que han estado en aislamiento han acatado religiosamente el encierro casero, bajo seguimiento policial y sanitario. Tan solo -según cuenta Antonio Cobos- ha habido una persona a la que se le ha tenido que llamar la atención por intentar saltarse la cuarentena. “Eso nos pone en riesgo a todos los vecinos y por eso ha habido que enviar a la patrulla de la Policía Local, pero en general la gente ha sido muy responsable y han estado muy concienciados con esta situación, aunque la han vivido con mucha resignación y también con mucho temor, sobre todo al principio, cuando había todavía poca información sobre el virus”.

Lo que está claro es que el sistema ha funcionado, tal y como demuestran los datos y si los comparamos con otras localides cercanas o de parecida población. Por eso, Cobos entiende que de haberse aplicado este método en otros lugares, seguramente habrían reducido también el número de contagios y podrían tener unas cifras menos alarmantes. “Modestamente creo que hubiera funcionado y pienso que es fundamental que exista esa coordinación, aquí la hemos tenido y los resultados son muy satisfactorios”. Por eso no duda en señalar que “ojalá este método se exporte y esa colaboración entre instituciones se lleve a cabo, porque sinceramente creemos -y los datos nos avalan- que esta metodología es efectiva”. Y es que, como añade “no se puede confiar solo en la buena fe de las personas para que se aíslen”. La estrategia andaluza deja el peso del rastreo a la Atención Primaria, pero el jefe de la Policía de Íllora entiende que es clave la colaboración policial con los sanitarios. “Ellos no pueden hacerlo solos, nosotros podemos aportarles mucho a la hora de enseñarles a rastrear o detectar datos significativos”, subraya.

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