Los más de 16 litros de lluvia por metro cuadrado caídos en Loja en menos de media hora el pasado viernes 3 de mayo produjeron por algunas calles de la ciudad una auténtica riada. Aquellas que procedían del barrio Alto, con una acusada inclinación se convirtieron en auténticas cascadas que las hacían totalmente intransitables. Como consecuencia de todo ello, sótanos, bajos comerciales, plantas bajas de viviendas, patios de numerosos puntos de la ciudad sufrieron inundaciones que tuvieron que ser achicadas por sus propietarios o moradores y en las calles pudo observarse posteriormente los restos de los elementos que fueron arrastrados por las aguas y que colmataron y taponaron totalmente rejillas de la red de recogidas de aguas pluviales.
Afortunadamente la tromba de agua duró pocos minutos pues comenzó poco antes de las seis de la tarde y no llego a la y media, porque de lo contrario los efectos podrían haber sido más devastadores y, sobre todo, no hubo que lamentar daños personales, al menos que se haya hecho público.
Un buen susto para una tarde que disfrutaba ya de las cruces de mayo instaladas por diversos lugares de Loja y que tuvieron que ser protegidas por plásticos y las personas que estaban en plena jornada festiva tuvieron que guarecerse de unas precipitaciones que parecían estar lanzadas a cubetazos desde el cielo, mientras que el firmamento tronaba con virulencia. Poco a poco la normalidad fue instaurándose de nuevo y la jornada pudo continuar con su actividad, ya fuera laboral o festiva