El Ayuntamiento de Loja está llevando a cabo, desde el mes de febrero, el Proyecto POPI, proyecto de investigación-intervención para la mejora de las Políticas Públicas, con la idea de desarrollar estrategias y acciones en zonas desfavorecidas de Andalucía, las cuales apoyarán y mejorarán los procesos de inclusión sociofamiliar en familias con menores en situación de absentismo y fracaso escolar. Dicho proyecto está financiado por los fondos Next Generation de la Unión Europea, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, a través del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones e impulsado por la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta de Andalucía.
Para que las entidades locales andaluzas puedan desarrollar este novedoso proyecto, se ha destinado un total de 15 millones de euros a través de un primer convenio firmado por la Administración del Estado y la Junta de Andalucía. El Ayuntamiento de Loja cuenta con una subvención de 141.651€ para ponerlo en marcha, gracias a ello se incorporó al organigrama de Servicios Sociales un equipo de trabajo formado por una trabajadora social, dos educadoras, una psicóloga y una maestra.
Actualmente nos encontramos en la segunda fase del proyecto, en la que se trabajará con las familias que han sido seleccionada por dicho Ministerio, a través de un itinerario de inclusión sociofamiliar, en el que participarán todos los miembros de la unidad familiar.
Este itinerario contempla tanto intervenciones individuales en base a sus necesidades, como sesiones grupales, en las que se trabajarán aspectos tan importantes como la parentalidad positiva, con el fin de generar dinámicas familiares adecuadas.
Otro objetivo es mejorar la adquisición de competencias digitales, con especial incidencia en las mujeres, para ello se trabajará desde una perspectiva de género que fomente la autonomía y el desarrollo personal y el acceso a las nuevas tecnologías (TICs).
Las actividades del itinerario dirigidas a los niñas, niñas y adolescentes, con edades comprendidas entre los 6 y 16 años, están enfocadas a mejorar el rendimiento escolar a través de refuerzo educativo, principalmente en las competencias académicas de lenguaje y matemáticas, además de fomentar la organización y planificación en relación con el estudio. Otros objetivos a trabajar son los hábitos de vida saludable, la adquisición de competencias emocionales y habilidades sociales que mejoren su inclusión en el medio escolar y social.
Los conjuntos de todas estas acciones pretenden potenciar el éxito educativo, mejorar el rendimiento académico, fortalecer competencias familiares y apoyar la inclusión educativa y social de los y las menores y sus familias.
