De auténtico éxito puede calificarse la respuesta ciudadana a la convocatoria que había formulado la Plataforma “Ave sí, pero no así” para decirle al Ministerio de Fomento que no están dispuestos a permitir que la alta velocidad pase por las puertas de sus viviendas.
Con rigurosa puntualidad, la comitiva partió a las ocho en punto de la tarde desde el Parque de los Ángeles e inició un traslado que les llevó hasta la puerta del Ayuntamiento, donde el portavoz de la plataforma leyó un comunicado. Entre uno y otro momento, los ciudadanos se fueron uniendo al grueso de la protesta y si bien al principio podrían contarse unos mil o mil quinientos participantes, poco a poco y conforme cerraban comercios y lugares de trabajo, se fueron sumando más y más vecinos hasta completar, según estimaciones de los medios informativos, más de 3.000 personas, mientras que la organización los cifró en 4.000 y bastantes menos las fuerzas de seguridad.
Tras una gran pancarta portada exclusivamente por vecinos del barrio de la Estación, en la que podía leerse, Ave sí, pero no así, se incorporaban los ciudadanos, de todos los barrios de la ciudad y de distinta ideología, representantes de asociaciones y colectivos locales como Antonio Campos, presidente de la Asociación Lojeña de Comercio e Industria y, cómo no, de formaciones políticas. La que tenía una representación más numerosa era el PSOE, con parlamentarios, diputados nacionales y provinciales e incluso representantes del grupo municipal socialista de la capital, tales como Miguel Castellano, Manuel Pezzi, José Entrena o María Escudero, entre otros; también se sumaron alcaldes y concejales de municipios del Poniente Granadino, entre ellos el portavoz municipal lojeño Andrés Ruiz. Por parte del PP lo hizo su secretaria general local, Matilde Ortiz, y algunos miembros de la comisión ejecutiva de Loja como Joaquín Ordoñez, ambos miembros del equipo de Gobierno municipal y Nestor Torres; por su parte, CPL estaba representada por el coordinador general Miguel Martín Velázquez y miembros de su estructura organizativa, como Juan Pérez Unquiles, así como el portavoz municipal Antonio Ramón Molina, mientras que por IU lo hacía la parlamentaria andaluza granadina María del Carmen Sánchez y el coordinador local Arturo Reina.
Hasta Loja se habían trasladado representantes de la Plataforma del AVE de Granada que se unían así a la reivindicación de un AVE que cumpla todos los requisitos que se han dado en otros lugares, negándose a que el de Granada sea de segunda categoría. El PSOE portaba una pancarta en la que se leía “Exigimos Ave a Granada ya”, mientras que IU enarbolaba algunas banderas.
Todo el trayecto se hizo coreando consignas entre las que podían oirse mensajes como “el pueblo unido jamás será vencido”, “no a las expropiaciones”, u otras que se preguntaban por la ausencia del alcalde.
Ya en la puerta del Ayuntamiento, Gonzalo Vázquez, auxiliado por un megáfono se dirigió a los manifestantes, agradeciendo su participación y explicando pormenorizadamente las razones por las que se oponen al proyecto de la ministra Ana Pastor, defendiendo que la solución está estudiada por los técnicos de ADIF, proyectada y sólo a falta de licitación, tal “como es la Variante Sur”. Aseguró que se cuenta con el apoyo de las instituciones locales y de colectivos lojeños para impedir lo que, reiteradamente, calificó de “desaguisado”, pero dijo estar esperando todavía respuesta al ofrecimiento que hizo a la Corporación para que se cree una comisión de seguimiento, integrada por los tres grupos municipales y por la Plataforma. Así mismo reiteró la “necesidad de que se ponga en marcha un contencioso contra Fomento” para paralizar definitivamente las catas y pruebas que se están haciendo para concretar el proyecto de alta velocidad por la vía antigua del ferrocarril.
Tras anunciar que “esto es el principio” y que seguirían realizando más acciones reivindicativas y parafraseando el lema de la ciudad, dijo que Loja seguiría siendo una flor entre espinas ante el Ministerio de Fomento, cerrando el acto con nuevas palabras de gratitud y con un “AVE sí, pero no así”.
A partir de ese momento comenzó el desalojo de la puerta del Ayuntamiento y calles adyacentes, pues la aglomeración humana ocupaba buena parte de Duque de Valencia y de Carrera de San Agustín.