Loja recibirá de la Junta de Andalucía cerca de 312.000 euros dentro del Plan Itínere de mejora de caminos rurales. En pasados días llegó al consistorio la aprobación provisional de dicha subvención para el Ayuntamiento de Loja. La misma se contempla para actuaciones directas dirigidas a mejorar las infraestructuras de acceso a explotaciones agrarias , al amparo del plan de mejora de caminos rurales de Andalucía en el marco del programa de desarrollo rural de la comunidad autónoma en el marco 2014- 2020.
El Ayuntamiento de Loja solicitó el pasado mes de febrero el arreglo de dos caminos rurales del municipio dentro del Plan de Mejora de Caminos Rurales de Andalucía, “Plan ITINERE”, que promueve la Consejería de Agricultura. El programa cuenta con un presupuesto global de 75 millones de euros para este y el próximo año, de los que Loja se pretendía beneficiar de alrededor de 650.000 euros. En concreto, el consistorio pidió la mejora de los caminos de Vélez en Alcaudique y De los Durmientes, conocido como el de la Torre, en Ventorros de Balerma. El primero, con una inversión de 312.000 euros para el arreglo de casi 2 kilómetros de vía que dan acceso a la cooperativa agrícola San Isidro y, el segundo, dirigido a la mejora de 2,5 kilómetros de firme que conecta con la cooperativa Campo Agro Olivarera de Ventorros de Balerma y en la que se pretende invertir 350.000 euros.
Finalmente la Junta de Andalucía propone la realización del Camino de Vélez y desestima por contar con vía pecuaria el Camino de los Durmientes. Con ello Loja recibirá 311.998,21 euros para mejorar los accesos de explotaciones agrícolas a la Cooperativa San Isidro del Polígono Manzanil 2. Esta zona de Alcaudique cuenta con muchos agricultores que deben de usar un camino con paso por muchos puntos de transcurso de aguas y con muchas pendientes que dificultan en ocasiones el tránsito de vehículos agrícolas.
En concreto se actuará en cerca de 2 kilómetros de los poco más de 4 que tiene este vial rural. El mismo tiene una anchura media de 5 metros. El camino comienza en carril incluido en el Polígono Manzanil 2 y tienen finalización cerca de Salar. Entre sus principales afecciones se encuentra el paso del llamado Arroyo de Alcaudique.
En esos momentos es un camino que en su mayor parte es de zahorra, aunque existen dos tramos hormigonados. El estado de conservación de los tramos hormigonados es óptimo pero la zona de zahorra si se encuentra en mal estado por el paso de vehículos pesados. Su mejora es una reclamación de los agricultores de la zona.
Se actuará diferenciando cuatro tramos. Habrá zonas con capas asfálticas y otras con hormigón. Habrá creación de cunetas y mejora de firmes con áridos. Se espera un tiempo de ejecución de 6 meses una vez se licite la obra. El presupuesto de material es de 214.874 euros.
La edil se mostró confiada en tener la máxima puntuación posible en estas subvenciones “ya que cumplimos el máximo número de parámetros que se piden”. Además, puso de relieve la dificultad de actuar en todos los caminos rurales lojeños: “Tenemos casi 500 kilómetros de vías rurales en el municipio; es muy difícil que todos estén en buen estado, por lo que vamos arreglando los que se vayan pudiendo”, afirmó Delgado.
Hay que recordar que sobre el arreglo de estos caminos rurales se habló en una reunión que el alcalde Joaquín Camacho mantuvo con los representantes de las tres cooperativas del municipio, San Isidro, Cerro Gordo de Ventorros de San José y Campo Agro de La Laguna. El regidor, además de apoyar sus reivindicaciones sobre los precios del aceite de oliva, también se comprometió a desarrollar las competencias que tiene el Ayuntamiento sobre el arreglo de los caminos rurales del municipio. “La agricultura da un número muy elevado de empleos en el municipio y por eso nuestra obligación es que los caminos rurales estén en las mejores condiciones posible”, dijo el regidor lojeño.
Loja cuenta con casi 500 kilómetros de caminos rurales en el municipio lojeño. Entre los principales objetivos del plan está ofrecer soluciones técnicas que minimicen la vulnerabilidad de estos caminos frente a los efectos climatológicos adversos, así como sus costes de conservación y mantenimiento, además de garantizar el acceso a las superficies agrarias de mayor utilidad para el sector y la sociedad en general.
