La crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus ha golpeado con fuerza al sector turístico español. Miles de empresas se han visto obligadas a parar en seco su actividad y cerrar sus negocios, con las consiguientes pérdidas económicas y para el empleo. Es el caso del grupo lojeño Abades, que se enfrenta a una situación inédita en sus 30 años de vida.
La empresa sólo ha mantenido una actividad mínima en sus estaciones de servicio, también ha tenido servicios mínimos en los aeropuertos de Jerez de la Frontera y Sevilla –el tiempo que permanecieron abiertos-, y ha mantenido el servicio de cafetería y ‘vending’ del hospital del PTS de Granada. En resumen, en las últimas semanas la empresa ha funcionado “solo al 5%”, según detalla a El Corto de Loja Antonio, uno de sus dueños.
Tras más de ocho semanas de estado de alarma, ahora se vislumbra una mínima posibilidad de retomar el pulso y transitar a una cierta normalidad. Martín se muestra cauteloso por cómo será la reapertura de los negocios del grupo –que tendrán que estudiar detenidamente-, y que irremediablemente tendrá que hacerse por fases, con restricciones de horarios y aforo y extremas medidas de seguridad. “Lo que está claro es que no podemos abrir los negocios de golpe porque sería una irresponsabilidad”, apostilla el responsable de la empresa lojeña, quien, a pesar de ello, se muestra optimista por empezar a funcionar “cuanto antes mejor y empezar de nuevo a facturar”.
Según Martín, el sector turístico está sumido en una “incertidumbre brutal” por cómo serán los próximos meses y, sobre todo, sí habrá o no clientes que llenen los negocios. En cuanto a la división hotelera, afirma que hay muchas personas interesadas en poder pernoctar en sus establecimientos, como los de Granada. “Son clientes de laboratorios o de empresas”, especifica Martín, quien también se refiere a la “inquietud” de muchas parejas por las bodas que tenían planificadas.
Desde la declaración del estado de Alarma, la gran mayoría de los trabajadores del grupo se han acogido a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que se prorrogará durante los próximos meses. Además, una parte importante del equipo directivo ha funcionado al 50%.
Los proyectos que Abades tenía en marcha antes de la pandemia también se han visto afectados. Las obras de renovación del hotel Mirador se tuvieron que parar al principio pero ahora encaran su recta final. “Está previsto que terminen en unos 15 días, a falta de retoques de pintura e instalar el mobiliario”, explica Martín, quien apunta a junio o julio como fecha para su apertura. La reforma del Asador Manzanil también continúa en marcha, con la previsión de que abra de nuevo en julio. También deben terminarse los restaurantes Burger King que el grupo tenía comprometidos.
