Las islas de reciclaje de residuos que se disponen por las calles de Loja contarán con un nuevo contenedor. Se trata del marrón, destinado al reciclaje orgánico. La incorporación de este quinto cubo está recogida en una directiva europea que obliga a tenerlo antes de fin de 2023. Para facilitar su incorporación, la Junta de Andalucía destinará a la provincia de Granada 6,3 millones de euros para municipios de más de 5.000 habitantes, entre ellos Loja, que procederán de los fondos europeos Next Generation.
Para esta línea se han recibido 2,3 millones de euros con los que se han financiado 23 proyectos, que beneficiarán a 34 municipios, principalmente las cabeceras de comarca y el área metropolitana de Granada. En este caso, el Ayuntamiento de Loja recibirá una subvención de 73.110 euros.
La segunda línea de actuación va a servir para financiar con 2,6 millones de euros la construcción de las instalaciones necesarias para el tratamiento de los biorresiduos que se recojan selectivamente en la planta de Alhendín. La tercera línea de financiación ayudará con 1,3 millones de euros a mejorar la recuperación de materiales reciclables en las dos plantas provinciales.
En contenedor marrón irán los residuos orgánicos, es decir, los que están compuestos de materia biodegradable, como restos de comida (carne, pescado, fruta y verdura, cáscaras de huevos, de marisco o de frutos secos, posos de café o infusiones, otros restos de comida), tapones de corcho, cerillas y serrín, papel de cocina sucio y servilletas de papel usadas y restos vegetales de poda y jardinería.
Según la norma, esta fracción orgánica debe recogerse y gestionarse de forma separada ya que es la fracción más inestable de los residuos debido a su elevado contenido en agua y materia orgánica, por lo que genera rápidamente restos y malos olores que deben evitarse.
El gris, ahora denominado resto y en el que se echa en la actualidad todos estos residuos, quedará para el ‘resto’ de basura que no se ubica en ninguno de los contenedores de reciclaje (amarillo, azul, verde y marrón).
Estas subvenciones deben servir de impulso a la provincia de Granada para iniciar la transición hacia una economía circular, en la que los residuos dejen de ser un desperdicio y pasen a ser considerados un recurso, con el que se puede generar riqueza y puestos de trabajo en el territorio.