Sin duda, para que un país se considerase de las maravillas, debiera de ser diverso e inclusivo. Ese mundo es el que persigue la Asociación Lojeña de Atención a Necesidades Específicas que ejemplificó ese afán en un pregón de Carnaval que quedará en la impronta de esta fiesta. Un regalo lleno de valores que colmó de emociones a los espectadores del Auditorio Adolfo Suárez.
Loja ya disfruta de su Carnaval. Todo arrancó con el pregón oficial a cargo de ALODANE. El mismo nos permitió conocer más del mundo de las diferentes capacidades con ejemplos sensoriales percibidos con variadas realidades. Ese viaje al país de las maravillas, se inició con las vivencias de aquellas familias a las que llega una persona con necesidades específicas. Momento donde se para el tiempo y hay que ser fuerte para seguir adelante. A esa voz en off, se unió la primera aparición de niños de la asociación, participaron una decena de ellos, imitando a Alicia y al icónico gato con su indiscutible reloj. Ellos llegaron a tiempo para dar inicio al pregón.
Javier Ramírez, presidente de la asociación, participó con diferentes alocuciones interrumpidas por llamadas telefónicas y ruidos ambientales que le impedían leer un pregón que, a tenor de portar un gran libro, debía de ser muy largo y tedioso. Por suerte Ramírez no pudo continuar con la lectura, siendo sustituido por Jaime Pérez, ex integrante de ALODANE con síndrome de Asperger, que defendió su amor por el Carnaval. Reivindicó la locura como “chispa que enciende nuestra creatividad” y pidió “no tener miedo por ser diferentes”.
Jaime recordó la historia reciente del Carnaval con sus vaivenes y cambios. También rememoró su participación como miembro de la Chirigota de los Niños en el año 2020. Fue en ese momento cuando con sus “hermanos carnavaleros” interpretó un inédito cuplé y participó con el cante de una de las coplas más reconocidas de esta chirigota.
Dentro de las diferentes interpretaciones destacó la parodia de las cartas de Alicia en el País de las Maravillas, donde se visualizaba las dificultades de vivir en un mundo con muchas barreras arquitectónicas. También se ejemplificó que, en un mundo con muchas piedras en el camino, se pueden vestir de color para superarlas y seguir adelante. Se homenajeó a esa resiliencia que siempre aparece.
El papel de los cuidadores también se expuso. Se nombró a cada monitora del centro, junto con la directora, y se ofrecieron ejemplos donde la música permite mejorar la inclusión. Ana Palomino, artífice del pregón, se rodeó de sus compañeras de la Comparsa de las Niñas para cantar un pasodoble de Tino Tovar de homenaje a los cuidadores.
El Carnaval quedó pregonado con la presencia de algunas de las familias que conforman ALODANE. Ramírez, como presidente, entonó la frase final para regocijo de niños, monitores y familiares. La canción de Celia Cruz, ‘La Vida es un Carnaval’, sirvió de escenario para un desinhibido culmen.
