Nadie podrá dudar del arduo trabajo realizado por Capelo y Pelayo en su pregón. Desde el mes de junio hasta el 18 de febrero le han dedicado horas a un inicio del Carnaval que ya queda para el recuerdo. Más de dos horas de variedad de estilos entre los que destacó la interpretación, lo audiovisual y la creación de cuartetas. Una labor encomiable que dio sus frutos al ver la buena acogida del público que recuperó la esencia del Teatro Imperial.
Todo estaba medido desde la subida de las escaleras de acceso al espacio escénico. Unas azafatas recibían a los asistentes ofreciéndoles bolsas de confeti. Para recrear la esencia del Imperial de los carnavales, colocaron dos filas de las reconocidas butacas ochenteras que tantos recuerdos traen. Entorno a ellas se podían visualizar carteles de películas adaptadas a actualidad más local y nacional. Comenzaba así a desarrollarse el humor ácido de este dueto que no dejaría títere con cabeza.
Desde antes de ser presentados de forma formal, Juanfran Cañadas ‘Capello’ y Fran Pelayo comandaron la escena apareciendo de ‘malafollas’, último tipo de su chirigota. Repartiendo palomitas e incluso pidiendo una pizza, dieron paso al primer corte de película que nos adentraba en el Carnaval de Sylvania. Comenzaba así un caminar desde Pangea, supercontinente primogénito de la Tierra, hasta más allá del futuro. Las escenas de humor y picaresca se sucedían en diferentes lugares del municipio y con vecinos reconocidos por todos.
‘Los marxistas’, así se llamaban jugando con los Hermanos Marx y el marxismo que tanto profesan, no solo realizaron una película que bien podría participar de cualquier festival, sino que ellos solos crearon todo un repertorio chirigotero. Acompañados del guitarrista local, Kiki Corpas, el dueto desgranó pasodobles, cuplés y popurrí. Con letras reivindicativas y sentidas palabras hacia sus compañeros de agrupación, los pregoneros demostraron su gran dominio de las artes carnavalescas.
Aunque el peso cayó de su lado, no estuvieron solos en el escenario. Memorable el recuerdo a sus más de 20 años en el Carnaval de Loja con la recreación del camarote de los Hermanos Marx. En una habitación comandada de símbolos que los definen, se barruntaron todos los tipos de sus agrupaciones. Esa participación de sus compañeros fue homenajeada al final con una sentida parte del popurrí.
Al final hubo emoción bañada en lágrimas de los protagonistas. La amistad entre ambos quedó patente y se notó que el final de meses de trabajo pesaba. El memorable dueto, acompañado de los miembros de su agrupación, recibió el reconocimiento de la Asociación Lojeña del Carnaval y del propio Ayuntamiento. Fue el final del inicio de un Carnaval que se espera marque la recuperación de las mejores tradiciones locales.