El carnaval de Loja no ha podido tener mejor comienzo, y de eso han sido testigos cerca de 500 personas, las mismas que en la noche del viernes disfrutaron de un espectáculo que hizo honor a la mejor tradición carnavalesca.
Sobre el escenario del Centro Adolfo Suárez se vivieron momentos llenos de emotividad, de recuerdo, de ilusión, de empeño y alegría. En el patio de butacas un público entregado, dispuesto para viajar, sensible a los sentimientos que se mostraban a flor de piel, agradecido por tantas y tan buenas ocasiones compartidas. Un acto, en suma, de conjunción, de armonía, de reafirmación, como un reinicio tras hacer balance de todo los transcurrido, “carnavalmente” hablando, desde que regresó la democracia a España.
Los artífices de este acontecimiento iniciático fueron, no sólo los pregoneros de la Peña Carnavalesca Pablo Sola, “Los del Taco” que tenían la siempre difícil y arriesgada misión de cantar a la popular fiesta de las Carnestolendas, sino también los personajes lojeños que se hicieron acreedores del reconocimiento de la Asociación Lojeña de Carnaval: José Antonio Rojano, que merecidamente, aunque sin esperarlo, obtuvo el Antifaz de Oro; y Mariano Aguilera, que recibió, también con sorpresa, la Máscara de Carnaval.
Según expresaron ante el público los miembros de la Asociación Juan Francisco Cañadas, Rafa Ramírez y Rocío Ortiz, Rojano se merecía esta distinción por ser una de las personas que más ha luchado desde hace años por esta fiesta. Muy emocionado, e incluso con lágrimas en los ojos, agradeció la distinción y recordó a algunas personas que fueron clave en su compromiso de más de 20 años con el carnaval, entre ellos Miguel Yuste, Rafael Ramírez o Pablo Sola.
En cuanto a Mariano Aguilera, los organizadores de la entrega lo pusieron como ejemplo de todos esos grupos que se organizan en Loja para participar en los desfiles carnavalescos, poniendo de relieve la importancia que tuvo su suegro en su afición por esta fiesta.
Previamente, la concejal de Cultura, Consuelo Bueno, dio la bienvenida a los asistentes, entres los que se encontraban el alcalde, Joaquín Camacho, y otros ediles del Ayuntamiento de Loja. Así mismo, siete bellas Ninfas llenaron de colorido el escenario mientras transcurría el preámbulo del pregón.
Y finalmente subió hasta las tablas del Adolfo Suárez José Luque, primer espada de los siete pertenecientes a “Los del Taco” que estaban listos, tal como demostraron, para ensamblar un musical, fotográfico y sentimental recorrido por el Carnaval de Loja desde que llegara con los primeros ayuntamientos democráticos y un alcalde, igualmente carnavalero, como fue Manolo Martín, que impulsó denodadamente la recuperación de esta saludable forma de criticar, ironizar y reir sobre los aconteceres de un año en la ciudad.
Tras José Luque, y cada cual con su particular estilo, fueron pasando Miguel Ramos, José Béjar, Sergio López, Rafael Muros, Cristina Arellano y Belén Aguilera. Acompañándolos, los miembros de sus dos agrupaciones, la masculina y la femenina, que se fueron alternando para recuperar los sonidos, las letras y las peculiaridades de unas coplas que fueron, y siguen siéndolo, verdaderos referentes del carnaval lojeño.
Y tal como se había anunciado ya con anterioridad, para la ocasión se estrenó un tema de Sergio López, creado expresamente para el adiós en el que se a reflejó perfectamente lo que son las vivencias del Carnaval y de todos los grupos de Loja.
Después, con la satisfacción del trabajo bien hecho, henchidos de emoción por los aplausos y los saludos de enhorabuena, los “siete magníficos” junto a sus compañeros se retiraron a sus cuarteles de invierno, donde brindaron por la experiencia y por el carnaval que esa noche había iluminado, con sus primeras luces, las expectativas de todo un pueblo.