El regalo de Ángela Cuevas a la Semana Santa de Loja es digno de guardar para el recuerdo. La joven pregonera comandó la séptima edición de un acto que debe de enorgullecer al mundo cofrade del municipio. Hacer protagonista a los jóvenes del devenir de esta tradición permitirá su salud en el tiempo.
Cuevas demostró que la fe no está reñida con la tradición y sumó la Esperanza en tiempo de desesperanza. Mezclando prosa y verso, jugando con los significados que solo los que viven con religiosidad estos días comprenden, la protagonista analizó cada día con minuciosidad interna y externa. A ello sumó una amalgama perfecta de acompañamientos musicales que crearon una atmósfera perfecta para dejarse llevar y anticiparse a lo que nos espera.
Fue su hermana Eva la que la presentó y adelantó parte de lo que se quería representar. “Una para todos y todos para una”, comentó reflejando la unidad de la familia en el momento que se aventuraba. Además de Fe y Esperanza, la roca de la raíz familiar fue otro pilar clave en el devenir del pregón.
Aunque los pregones empiezan siempre antes de que el protagonista suba al escenario, los inicios de éste son premonitorios. Ángela lo dejó claro desde el principio, “la fe mueve montañas”. Es esa fe la que atesora desde que nació y la que para ella es “el norte y pilar” de su vida. En el inicio afirmó sentirse muy emocionada y feliz por vivir este momento junto a su familia.
Comenzó relatando el inicio de sus Cuaresmas bajo la frase, “convertiros y creed en el Evangelio”. La llegada de la primavera con sus programas de Semana Santa, dulces y preparativos, fue expresada al detalle. Así llegó su Viernes de Dolores. Servita desde que tenía un año y medio, Ángela recuerda el estruendo de los cohetes y el trajín de la Septena. En esas reivindica el papel de la mujer y se acuerda de su tía Lola.
Los Servitas comendaron su repaso a cada día de la Semana Santa de Loja. Del Domingo de Ramos describió su Luz y palmas. También se acordó de su participación en la Hermandad de la Santa Cena de Granada y del papel de las mujeres horquilleras. El acompañamiento de los violines de los jóvenes Ismael y Francisco Espejo junto con un fragmento de la marca Sale la Virgen de las Maravillas, posibilitó acercarnos a día tan esperado.
El Martes Santo lo comando la oración y la esperanza. Un Padre Nuestro interpretado por Auxi Marqués nos adentró en ese momento de dificultad para Jesús. La marcha Siempre la Esperanza arrimó el ánimo en tal momento de Pasión. También hizo un guiño a los horquilleros y al inicio de la participación de los Incensarios.
Ya desde su hogar, asomada a su ventana y en el entorno de la Placeta del Puente, Ángela nos narra cómo vive el Miércoles Santo. La mirada penetrante de la obra de Domingo Sánchez Mesa y la significación del Cirineo marca esta parte del pregón. En ese momento defiende el compromiso real con las parroquias, con Cáritas, para no cansarnos de ser Cirineos.
Con ese momento cae la noche y amanece en un Jueves Santo, inicio del Triduo Pascual. La unidad de la familia en momentos de “sombras y glorias” llena su alocución. Las vivencias en su Cofradía junto al Preso y la Virgen de los Dolores llegan a su máxima expresión. También se acuerda de los Incensarios Blancos.
El silencio marca la noche de ese jueves tan diferente. La mirada de Ángela a la muerte del Crucificado en la Cruz rasga su inocencia. Mezcla de colores azul, morado y negro. Ese momento queda marcada en la voz de Patricia García que canta Silencio en compañía de su guitarrista.
La mañana del Viernes Santo queda marcada por el peso dela Cruz del Nazareno y la espera en la fuente para ver pasar la procesión. Una conversación con su madre va desgranando sus inquietudes de una estación de penitencia llena de peculiaridades. En ella introduce un sentido recuerdo para el desaparecido cofrade Álvaro Fernández.
La muerte de Jesús queda reflejada con la música dela lista de Schindler. Esa soledad y pena por entierro de Jesús. Fue el momento final antes de la resurrección. Ángela terminó como empezó, con Esperanza y mucha Fe. El triunfo de la vida frente a la muerte.
