Loja salvó su Domingo de Ramos. Lo hizo gracias al buen hacer de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal en Jerusalén, Ecce Homo y María Santísima de la Luz, que fueron valientes, pero sobre todo gestionaron bien los tiempos con la cambiante información con la que contaban. La incertidumbre meteorológica no nos privó de disfrutar de lo más característico de un día siempre esperado en el mundo cofrade lojeño.
Comenzó este añorado domingo bien temprano con la bendición de palmas en la Plaza de la Constitución. Los tres párrocos del municipio participaron conjuntamente en este ritual anterior a la celebración de la Eucaristía. En una pequeña procesión, los asistentes entraron en la Iglesia de la Encarnación donde ya se encontraba Jesús subido en un asno. Allí se concelebró la Santa Misa donde se escucha la Pasión de Cristo. Las Agrupación de Hermandades y Cofradías presidía la celebración con la presencia de los estandartes de la mayoría de sus asociadas en el Altar Mayor.
A las 12 en punto la primera estación penitencial comenzó su recorrido comandados por los tambores de la Hermandad. Tras ellos se escucharon las primeras campanitas de los niños de hebreos, primerizos cofrades acompañados de sus padres. Jesús, subido en un asno y acompañado de Nahara, apareció por el dintel del portalón de la Iglesia Mayor. Los sones de la Banda de Tambores y Cornetas Flor Entre Espinas acompasaron el paso de los horquilleros.
El paso por tribuna y por el Barrio Alto, contó con gran cantidad de público que no se quiso perder el cortejo. Éste estuvo acompañado por anteriores miembros de la Agrupación, que por el año 1992 trajeron a Loja al titular. Reconocer el buen trabajo de la cuadrilla de horquilleros que tuvieron que aligerar el paso desde el lateral de la Iglesia de Santa Catalina hasta el Convento de Santa Clara. La lluvia, acompañada de barro, apareció, y la comitiva se tuvo que refugiar rauda y veloz.
La procesión vespertina adelantó una hora su salida con la previsión de que la lluvia sería mayor a partir de las 21 horas. Acierto de la Hermandad ya que esas previsiones se cumplieron. Fue una estación penitencial que posibilitó ver los avances con el trono del Ecce Homo, una joya cada vez más definida. De nuevo la Banda Flor Entre Espinas acompañó al titular cristífero.
La Virgen de la Luz, acompañada de penitentes de largo capirote blanco y mujeres de mantilla, irradió su belleza a los presentes con una salida siempre emocionante. La Banda de Música de Loja puso su buen hacer al servicio de las horquilleras que la llevaron siempre con dulzura. Gran cantidad de público acompañó al cortejo en su paso por zona de tribuna y Barrio Alto.
Aunque el tiempo aguantó en la mayoría del recorrido, el agua volvió a aparecer en las inmediaciones de la Iglesia de Santa Catalina. Esto obligó a un esfuerzo mayor a las y los horquilleros que no escatimaron en aumentar el ritmo para recogerse con premura. Un pequeño parón, antes de una tromba de agua y viento, facilitó el encierro.