El Corpus Christi regaló al municipio un domingo casi veraniego. El Santísimo llenó el centro de Loja de luminosidad y ‘Caridad’. Acompañado de forma histórica por la Patrona, se afirma que hace casi un siglo que no se veía tal estampa, el Santo Sacramento recorrió las calles de la ciudad con el respeto y devoción de centenares de lojeños.
La Santa Misa se inició a las 10 de la mañana en una Iglesia de la Encarnación repleta de público. Entre ellos destacaban los niños y niñas que este año han celebrado su Primera Comunión. La Eucaristía fue concelebrara por los tres sacerdotes de la ciudad.
Tras ella se inició el cortejo procesional con la salida de la Virgen de la Caridad. Vitoreada en señal de cariño hacía Ella, la patrona fue portada con solemnidad por su cuadrilla de horquilleros. Hubo muchos hermanos que decidieron acompañarla en el inicio de la comitiva. Fue esta Hermandad la encargada de organizar este año tal procesión.
Las representaciones con estandarte de cada una de las Hermandades y Cofradías de Loja, tanto de gloria como de pasión, iniciaban el pasillo para la salida del Santísimo. Justo delante todo era ajetreo entorno a los pequeños que lucían sus mejores galas, las vestidas en los días de su primer encuentro con el Santo Sacramento. Tras ellos salía la Santa Custodia que lucía imponente tras su reciente restauración. El son de la Banda de Música de Loja acompañó cada paso. Tras el Señor se encontraban los tres sacerdotes y el palio solemne del Santísimo. El gobierno local contó con una amplia representación comandada por el alcalde, Joaquín Camacho.
El cortejo se extendió por el centro de la ciudad. Las calles lucían vestidas de juncias como marca la tradición. No faltó por tanto la realización de las características porras, realizadas con tan peculiar vegetal. Destacar los respetos al Santísimo en los dos altares realizados. El primero de ellos en la Plaza de la Constitución obra de la Cofradía del Martes Santo. Éste estaba comandado por un Niño Jesús. El segundo se ubicó en la Carrera de San Agustín obra de la Real Cofradía de la Santa Vera Cruz, Jesús Preso y Nuestra Señora de los Dolores conjuntamente con la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. La Santa Vera Cruz comandó este precioso altar. En cada uno de ellos se leyó una oración por parte de los párrocos.
Poco después de las 13 horas se llegó al recogimiento. Juan Carlos Hidalgo, párroco de la Iglesia de la Encarnación, agradeció el esfuerzo de la Hermandad patronal y reconoció el respeto mostrado por la ciudadanía. Las últimas oraciones a la Virgen y al Santísimo dieron por finalizada una mañana plena de luz y Caridad.