La Semana Santa de Loja 2024 ya ha sido pregonada. La voz de José María Morales Fregenal adelantó todo un sinfín de sentimientos que se aventuran a la vuelta de la esquina. Todo, regado por la música de las bandas locales de música y tambores y cornetas. A ello se unió la distinción del párroco, Juan Carlos Hidalgo, como Naveta de Honor de esta edición.
El pasado viernes, el Auditorio Adolfo Suárez acogió el acto principal de Cuaresma de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Loja. Como cada año, se trata de un momento especial donde se ensalza el sentimiento cofrade del municipio. Se une la voz, la entrega y la música al servicio de rememorar unos días anclados en la memoria del municipio.
Fue la Banda de Tambores y Cornetas Flor Entre Espinas la que inició la velada. La formación cumple su 15 aniversario en esta Semana Santa y demostró el asentamiento de su trabajo. Interpretó nuevas marchas en su repertorio como fueron, ‘De mi vida, Señora’, ‘Nazareno de la Salud’ y ‘Sangre y agua’.
En un medido escenario, por primera vez con la mesa presidencial comandando la escena, sé contó con la presentación del comunicador, Carlos Molina, que dio paso a las primeras intervenciones. El presidente de la Agrupación, Antonio Julio Pérez, reseñó en su discurso la ilusión de la nueva etapa que arranca en este ente con su liderazgo y defendió la necesidad de remar todas las agrupadas en la misma dirección. También incidió en la petición de respeto hacía la tradición cofrade y la defensa que se debe de hacer de la misma. “Tenemos que ser los primeros en respetarla, los primeros en hacerla grande, y solo así podremos pedir respeto al resto de lojeños”, recordó Pérez.
El alcalde de Loja, Joaquín Camacho, tuvo palabras de reconocimientos para el pregonero y galardonado, insistiendo en que son ejemplos de un mundo cofrade muy arraigado en el municipio. El regidor defendió su apoyo a la nueva junta de la Agrupación e informó que se debe de avanzar en los mismos objetivos. Por último, deseó que la Semana Santa se desarrolle en plenitud.
Llegó el primer momento especial de la noche con la entrega de la Naveta de Honor al párroco Juan Carlos Hidalgo Zúñiga. Susana Gámiz, vicesecretaria de la Agrupación, y el propio presidente, fueron los encargados de tal cometido. El sacerdote recordó su trabajo como consiliario de las Hermandades de la Parroquia de la Encarnación y nombró a cada uno de los Hermanos Mayores con los que él había colaborado. También recordó las palabras del arzobispo de Córdoba sobre los cofrades, donde defendía la labor de servicio frente a los sentimientos de protagonismo.
Fue Pilar López Martínez de Tejada, familiar de Morales y pregonera de 2019, la encargada de dar paso a la alocución principal del evento. Servita, Nazareno y Rociero, enfatizó en su presentación, reseñando los principales sentimientos cofrades del protagonista. Esa visión quedó marcada en un altar donde un Jesús con su cruz al hombre enfatizaba el fervor de Morales.
El pregón se inició con una conversación del autor con su Nazareno. Las dudas de aceptar el cometido y la fe en que todo saldrá bien si Él así lo dispone, marcó el recorrido por la Semana Santa de Loja. Especial mención a su papel en la Hermandad Servita de la Virgen de los Dolores, de la que destacó su seriedad y trabajo en el mantenimiento y recuperación de sus raíces. Para apoyar sus sentimientos de ese Viernes de Dolores, contó con la colaboración de la saetera, Noelia Membrilla.
Avanzando en la mezcla del verso y la prosa, Morales desgranó sus vivencias. Reseñó el amor de su hija por la Virgen de la Luz y como con Ella pasó de ser una niña a una mujer que la lleva con orgullo. Recordó su paso como horquillero de Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas y defendió la presencia de un Jueves Santo vivido con fe en los monumentos de las parroquias. Es en ese jueves, donde su hija, Auxi Morales, acompañada al piano por Diego Santiago, interpretó ‘La Saeta’.
Momento especial en la expresión de su pasión por Jesús Nazareno y la manera especial de vivir su estación de penitencia. Como antiguo miembro de la Junta de Gobierno recordó que “estará en el lugar que decida la Hermandad” para ayudar en su desarrollo. No podía faltar el Miserere y la rememoración de momentos especiales como el Encuentro o la ‘Corriílla’. En este punto poner en valor la aportación de la Banda de Música de Loja, que dejó su impronta tras más de 160 años de historia vinculada a la Semana Santa.
El final recordó que para todo cristiano la semana no finaliza en muerte sino en vida. La impronta del Resucitado, incorporado como imagen en el pasado año, se recordó como fundamental en el devenir del mundo cofrade lojeño. Morales deseó lo mejor para una Semana Santa que ya se espera. Tanto él como las bandas recibieron obsequios por el esfuerzo realizado.