En un tiempo en el que las nuevas producciones musicales suelen seguir patrones marcados por ritmos sencillos, letras pegadizas y estribillos facilones, apostar por una creación compleja estructuralmente hablando, rica en armonías y llena de matices sonoros es una tarea de titanes. Y eso es lo que ha hecho realidad el grupo lojeño Colt Puppets con su último disco Parasomnia, un Lp arriesgado, nada comercial y cargado de razones como para confirmar que no todo está perdido y que el rock en su esencia más genuina continúa, aunque una gran mayoría del público se decante por canciones sin sustancia.
Eso es posible cuando la nueva producción responde al interés supremo de la creatividad sin complejos ni instrucciones de las compañías de discos, cuando se vertebra en torno a una necesidad expresiva que rompe los cauces establecidos y se instaura como un ejercicio de autenticidad, libertad y valentía.
Parasomnia no es un disco al uso. Es pasión, es fuerza, es empuje, es carácter… que arranca desde lo más profundo de sus autores para crear un universo en el que caben los ritmos más impetuosos y las imágenes sonoras más sublimes y delicadas.
Parasomnia, tal como indican Antonio Domínguez “Slowfinger” (guitarra y voz), Jorge Boke (batería) y Pako Sánchez (bajo), componentes de Colt Puppets, es un homenaje a los conceptos musicales abanderados en los ´70 por grupos como Yes, Génesis o Emerson Lake and Palmer, entre otros, en los que se hacía una obra conceptual, girando en torno a una historia que tiene planteamiento, desarrollo y desenlace, y como tal vive y relata musicalmente todas las etapas y estados vivenciados por sus protagonistas. Auténtico rock progresivo recuperado y revitalizado en pleno siglo XXI.
Y es así como, en tan variado y fructífero contenido, prevalecen los pasajes de una historia determinada por Alain y Giselle, a cuyos designios se pliegan acordes y palabras, atmósferas y sentimientos. Y desde esta crónica no revelamos más de sus intríngulis para que el escuchador/a viva en primera persona la experiencia y saque sus propias conclusiones.
La concepción y materialización del disco ha requerido de varios meses de duro trabajo, repartiéndose entre Antonio y Jorge la composición de las letras y correspondiendo a los tres la música de los once temas que lo componen. La grabación y producción ha corrido a cargo de Once Vargas bajo su sello Timmy Records en 2018. La carpeta, el guión que une a todos los temas del disco y el libreto que acompaña al CD, es una gran aportación del propio Jorge Boke.
ESTRENO MULTIDISCIPLINAR
El pasado 1 de febrero llegó la presentación de Parasomnia, en un Teatro Imperial lleno de público, dentro de la programación del Área de Cultura del Ayuntamiento de Loja. Un estreno que contenía todas las claves como para ser muy especial. De primeras por el número y nivel de las colaboraciones musicales que supuso contar con el ya citado Once Vargas a la guitarra y voz, su hermano Kiki a la guitarra, Juan Cervera al piano de cola y sintetizadores, y Julián Checopolaco a la guitarra y voz; y de segundas por las ilustraciones realizadas ex profeso para la ocasión por el artista Julio Hatero, y el relato de la historia que recayó en este humilde cronista. De tal forma que las canciones iban sucediéndose entre el piano y la voz que servían de nexo entre unas y otras, al tiempo que las ilustraciones se proyectaban en la gran pantalla cinematográfica del Teatro Imperial.
El escenario se inundaba de luz mientras los músicos daban rienda suelta a los temas del Lp y se llenaba de intimidad y oscuridad (sólo rasgada por las tonalidades de los dibujos) cuando se imponían los episodios de la vida de Alain y Giselle.
La piel de los asistentes se erizaba ante los fraseos de guitarra y voces en los momentos más épicos del concierto, y se apreciaba que sobre las tablas había feeling, calidad interpretativa y mucho amor por la música. Las miradas de los actuantes se cruzaban plenas de felicidad y energía, mientras el público hubiera deseado ponerse de pie y danzar sobre las butacas en plena comunión con los artistas.
El máximo responsable de la audición en la sala fue David Sutil, técnico de sonido de Lori Meyers, correspondiendo a la empresa lojeña liderada por los hermanos Cerrillo, la instalación y control de los equipos de luz y sonido.
El resultado, a decir de los espectadores que lo expresaron con sus largas ovaciones, y la propia sensación de los protagonistas, fue excelente, desarrollándose todo el espectáculo perfectamente hilvanado y sincronizado, creando un todo multidisciplinar que nace con intención de viajar a otras ciudades y suscitar idénticas sensaciones a las que se vivieron en Loja.