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jueves, 28 de noviembre de 2024

Excelente noche de rock con Nervio, Sibelclan y Gecko, demostrando cada uno en su estilo su valía y calidad

El público volvió a dar la espalda a un genero musical en el que, de siempre, han destacado grandes grupos lojeños, bien reconocidos fuera de Loja

El escenario de la caseta municipal acogió la noche del viernes 30 de agosto un magnífico concierto de rock protagonizado por dos grupos lojeños, Nervio y Gecko; y un tercero de Granada, aunque con un lojeño en sus filas, Sibelclan. 

Nervio, con Antonio Jiménez a la guitarra y voz, Alberto Franquelo (guitarra), Antonio Domínguez (guitarra y voz), Once Vargas (batería) y Peinado al bajo, pusieron de manifiesto la rotundidad y frescura que les hace merecedores de una mejor posición en el panorama nacional, viniendo a configurarse como una banda de referencia para sacudir un poco la supremacía monocorde del mundo indie y aportar un nuevo paisaje sonoro al siglo XXI. 

Validez sin paliativos para un grupo lojeño que aspira a todo, siempre y cuando alguna compañía se limpie los ojos y valore con justicia el trabajo de estos cinco aguerridos músicos. 

Letras potentes y reivindicativas que se vertebran sobre un entramado de guitarras y percusión multisugerente, vivo, atrevido y muy eficaz para despertar de la modorra facilona que impera en el país del pentagrama. 

Mucho de bueno han de ofrecer los integrantes de Nervio en una singladura en la que, sin embargo, nadie le regalará nada. Para eso están ellos, para electrificar la esencia del rock nacional.

¿Serán el relevo de Lori Meyers en el panorama musical, aunque desde estilos muy diferentes?. Hay quien ya habla de eso.

Los de Granada, con el lojeño Jorge Boke en sus filas marcando con certeza y fuerza el ritmo de la batería, demostraron ser unos grandes en su estilo. La voz y versatilidad del cantante de Sibelclan, Juan Luis, demostrando maestría en los difíciles registros del rock alternativo, post-grunge y stoner, estando en todo momento arropado por unas guitarras cañeras y un bajo contundente. Fueron muy aplaudidos y bailados durante su actuación.

Gecko, por su parte, con Jesús Curiel a la guitarra y voz, Ángel Molina (bajo y voz) y Rafael Rey (batería y coros) volvieron a demostrar sus capacidades para continuar por un mundo que se les hizo nuevo tras el parón (definitivo o provisional, ya se sabrá) de su anterior formación Casterly. 

Si bien las tablas que precede a Gecko en su trayectoria musical son resistentes y fructíferas, en la actuación de esta noche festiva en Loja se advirtió la necesidad de incrementar sus aportaciones propias y tener más claro el proyecto para que su futuro sea lo más esplendido posible. Voluntad no les falta.

En cuanto al otro factor importante de la velada, o sea, el público, como era de esperar no se registraron llenos, ni siquiera semillenos, y eso es algo que siempre pesa en un panorama musical lojeño tan espléndido como reconocido fuera de Loja, pero en el que sus conciudadanos no se prodigan en apoyo, ánimo y presencia en cuantas actuaciones se programan. Parece que sólo se decantan por acudir a los conciertos los amantes de otros estilos y formatos. Es sabido que el rock no acapara tantos adeptos como las músicas melódicas, populares, fáciles y comerciales de otros menús musicales, pero no es de recibo que en un municipio donde el pop y el rock están nutridos por muy buenos y variados exponentes, no haya una respuesta mínimamente acorde con la importancia y trascendencia, tanto de ahora, como desde hace décadas y décadas, tienen los grupos lojeños. A ver si espabilamos. 

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