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sábado, 11 de enero de 2025

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Bonachera - Roscos de Loja

Historia, tradición, música y danza se fusionan ante la luz de más de 1.500 velas en la mágica ‘Loja Velada’

Espectacular arranque del Estío 2016 en su programación de calle con la calidad escénica de 'Danse In Blue' y la música tradicional de Lombarda en un centro histórico en penumbra

Grupo De Alumnos Lojeños Y Alemanes En La Primera Movilidad A Este País. Foto: Ies

La historia, la tradición, la música y la danza se fusionaron en la noche del viernes en el centro histórico de Loja en el arranque de la programación de calle del Estío 2016, bajo la magia y la solemnidad que proponía la ‘Loja Velada’. Y todo a luz de más de 1.500 velas que iluminaban una noche en penumbra con las calles y plazas del centro de la ciudad completamente apagadas.

Y todo ello, aderezado y nutrido de dos propuestas culturales traídas por dos compañías de prestigio, que volvieron a dar muestra de su calidad y el por qué de su trayectoria. Cada una en su estilo, con dos espectáculos bien diferenciados. Una, marcada por la danza, la otra, con la música tradicional como protagonista.

Tras apagarse las luces del centro histórico, pocos minutos después de las 10 de la noche, y con los arcos renacentistas de El Pósito como telón de fondo, llegaba a Loja Producciones Imperdibles, una compañía de notable prestigio, conocida por el público lojeño tras su paso en el antiguo Festival ‘Va de Calle’, que, esta vez, proponía el espectáculo ‘Danse in Blue’, un canto a las sensaciones visuales y auditivas que caló entre el numeroso público que llenaba la plaza del Pósito. Los asistentes disfrutaron con la sincronía de movimientos con la danza de sus dos protagonistas, en una propuesta en dos escenarios, uno real y otro virtual, que permitió un constante juego visual entre la danza en vivo y la proyectada. Un espectáculo que sorprendió y que supuso un brillante y espectacular inicio a la ‘Loja Velada’ y al Estío 2016.

Finalizada esta primera parada en la mágina noche del viernes, era el momento de subir hasta la Alcazaba. Ahí se pudo comprobar en toda su intensidad la belleza y espectacularidad que mostraba, a lo largo de su recorrido, todo el centro histórico: la calle Zacatín, la plaza Joaquín Costa, la calle Las Tiendas o la Plaza de la Constitución ofrecían una imagen única bajo la tenue luz de las velas. Con la penumbra de una noche así, Loja se veía única, misteriosa, sobre todo tras dejar la plaza de Arriba e iniciar el ascenso hasta el barrio de la Alcazaba. Cada metro que suponía la subida hasta la antigua ciudad nazarí, parecía más mágico si cabe.

Allí, a los pies de la Alcazaba, en la pequeña plaza Nazar, esperaba la segunda parada de la noche. Los componentes del grupo Lombarda tenían preparado para todos los que decidieron hacer el sendero hasta la Alcazaba, desafortunadamente menos de lo que seguramente hubiera merecido la propuesta, un repertorio cargado de folk andaluz, con romances, canciones y parrandas festivas, acordes al tono desenfadado de ‘Loja Velada’.

Acompañados de los instrumentos más inverosímiles, ofrecieron un recital, que fue perfectamente y oportunamente completado por los comentarios de sus integrantes sobre el estilo, la procedencia y las bases musicales de cada interpretación. En este caso, los expectadores rodeaban el escenario situado en la plaza Nazar. Los presentes supieron premiar la calidad interpretativa de una formación con más de 30 años de vida y que, según nos confesaron personalmente tras la actuación, tienen un nuevo trabajo, en una línea diferente y más actual, que estarían encantados en poder traer a Loja. Desde luego, su trayectoria y buen hacer bien lo merecería.

Eran ya en torno a las 12.30 de la noche, pero la ‘Loja Velada’ todavía tenía una tercera parada y un atractivo más para todos los que decidieron seguir subiendo, unos metros más, hasta el Museo de la Alcazaba. Aprovechando la ocasión, el área de Cultura había establecido una especial jornada nocturna de puertas abiertas. Así que, no fueron pocos, los que se animaron a visitar el Museo, donde, su directora, daba la bienvenida a los visitantes en un horario poco habitual, pero que permitió contemplar desde lo más alto la espectacularidad de la noche lojeña, su belleza y singularidad.

Era el perfecto colofón a una noche mágica. Sin duda, el mejor inicio a una programación que llega cargada de propuestas para los fines de semana de julio y agosto. El Estío 2016 arranca con fuerza y promete seguir sorprendiendo a lojeños y visitantes.

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