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sábado, 23 de noviembre de 2024

Juan Antonio Díaz presenta su exposición “De vanguardia, de jazz y de Juan de Loxa” en CIC el Pósito

Desde el inicio de la pandemia, el artista y profesor de la UGR, viene creando una colección fundamental para conocer este tiempo enrarecido

¿Alguien de ustedes ha tenido en su vida la dicha de ver nacer un río, de verlo crecer y avanzar hasta desembocar en la mar? No me refiero a una escorrentía atropellada tras una tormenta que asola cuanto encuentra a su paso y genera desolación y un paisaje baldío. Hablo de ver como brotan sus primeras gotas germinales, de su emergente brillo que va irradiando, grano a grano de tierra, su enriquecedora humedad por el lecho que crea, fecunda y avanza hasta alcanzar y poblar el océano necesario.

Yo sí. Y no hablo de un río que se llama Genil o Guadalquivir, ni siquiera Nilo o Amazonas, digo que se llama Juan Antonio Díaz y que hoy nos baña y nos bautiza ya en este mar inmenso “De Vanguardia, de Jazz y de Juan de Loxa”.

Viene esto a cuenta de la muestra protagonizada por el artista y profesor de la Universidad de Granada Juan Antonio Díaz bajo esa denominación, cuya inauguración tuvo lugar el pasado 28 de septiembre en el Centro de Iniciativas Culturales el Pósito.

Se trata de una colección de collages que comenzó a elaborar para enfrentarse a los rigores del confinamiento por la pandemia, a base de elementos tan básicos como papeles de colores entretejidos con el auxilio de unas tijeras y cola de pegar. El autor, con una perseverancia envidiable ha realizado una obra cada día desde entonces y en su evolución se han ido advirtiendo los sucesivos estados de ánimo, el análisis de la realidad, las esperanzas y deseos que iban conformándose en todo ese periodo.

RESPUESTA A UNA DURA REALIDAD

Hará cosa deaño y medio afloraban, en medio de una negritud que resecaba las lágrimas y las miradas, sus primeros brotes y ya desde el inicio fue enriqueciéndose su cauce con los secretos de la Tierra. Aparecían con el caótico orden de la naturaleza los elementos de esa tabla fundamental para la restauración de una nueva vida. Hierro, Cobalto, Níquel… aleados con materias tan imprescindibles como esperanza, deseo o paciencia; Hidrógeno, Litio, Sodio, Potasio, apareados con ingredientes tan esenciales como ilusión, tenacidad, luz o fuerza; y en todos los casos pasión como aglutinante indispensable.

Día tras día, ese lecho iba haciéndose más profundo, más amplio y más generoso e irrigó con su fuerza recreadora todas las márgenes de su ribera: ora aguas mansas para el respiro, ora locuaces y “torbellinas”, ora en crepitante estruendo sonoro, ora en frutal y aromática cadencia. Desde los valles hasta las altas cimas su rumor de vida elevándose como un salmo para sanar las heridas del hombre noqueado por la desdicha y la tristeza.

Desde el principio, desde el primer instante, un Juan Antonio Díaz sin descanso ha venido trazando con entregada paciencia sus poéticas panorámicas sobre un paisaje extraño, sincopado, compartimentado pero también compartido. Me he visto, nos hemos visto en ellas como nómadas deseosos de arribar a un espacio nuevo y sorprendente. Y ese río, él, río, nos ha navegado hasta encontrarlo en todas sus fértiles vertientes.

Desde sus “Homenajes (Collages para el confinamiento) que presentó el año pasado en su tierra de Cabra del Santo Cristo, hasta este homenaje a nuestro bien amado Juan de Loxa entreverado de vanguardias y sones jazzísticos, han transcurrido varios meses y con devoción de nadador irredento he flotado por entrelasolas de ese río Díaz, y he respirado, y me he fortalecido y me he reconciliado con el ser humano y sus tiempos.

EL OJO DEL POETA

Y ahora, cuando el cauce creativo empapa de belleza, de sentimientos y emociones el azul infinito que no cabe en estas salas, me sumerjo por las calles donde los gatos marcan el compás con sus afiladas uñas sobre el asfalto, mientras se guiñan cómplices entre los tugurios.

Y siempre quedarán entre las texturas cromáticas de su oleaje las arrebatadoras pestañas llenas de rimmel de las monjas del poeta, el “reOjo” todopoderoso de un dios de la aventura “Ojos míos amados”, las sombras de Bowie o Jagger, la letra en carne y hueso… O un bang bang bang bang bang certero y definitivo. Y evocan: “aquellos mensajeros que traían noticias de mi muerte galopan con sus motos y pasan de largo bajo mis balcones” en el febril callejero de la aciaga partida.

Todo él: Loxa, en todo él: Díaz, y las aguas desbordadas por tantorecuerdo y tanto, tanto mañana por delante.

La muestra, que permanecerá expuesta hasta el 16 de octubre, ha sido organizada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Loja y en su primer día de apertura contócon el saludo del concejal de Cultura, José Antonio Gómez, mientras que la gran recitadora Elodia Campra leyó varios poemas fundamentales de Juan de Loxa y el cantaor Juan Pinilla los cantó con su conocida maestría y sensibilidad.

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