La esperada ‘Noche en el Museo de Anita Ávila’ no defraudó a las expectativas depositadas y las diferentes y varias propuestas despertaron el interés de números lojeños y amigos que se trasladaron hasta este lugar para disfrutar del programa de actividades anunciado.
Tanto en el interior del propio Museo como en el exterior, en la plaza del Donante, se pudo vivir una programación que llenó de contenido toda la noche. En el interior con la propuesta de poesía audiovisual de Juan María Jiménez con ‘Los Rostros de la Palabra’, una nueva exposición de la propia Anita Ávila, esta vez con relojes antiguos y la apertura de todas las salas. Y en el exterior con la participación de la asociación ‘Loja por el Baile’, todo ello amenizado por una barra de la Real Cofradía de la Santa Vera Cruz, Jesús Preso y Nuestra Señora de los Dolores. Así la Noche en el Museo ofreció una interesante opción de ocio cultural para disfrutar del inicio del fin de semana.
Arrancó la programación con ‘Los Rostros de la Palabra’ del poeta lojeño Juan María Jiménez, que ocupó el patio central del museo. Como ya explicó durante la presentación, este proyecto, que el lojeño arrancó en el 2014 y materializó en el CIC El Pósito en 2017, pretendía “democratizar” la poesía para que llegue a todo el mundo. Lo hizo a través de un formato audiovisual que hace que el espectador se convierta en poeta e interactúe con la poesía. El público pasaba por la cabeza del poeta Robert Browning para reconvertirse en un poeta más. El apartado audiovisual tenía su peso para hacer llegar la poesía desde lo visual y la música, mucha de ella elaborada para la ocasión por lojeños. También fue importante y se pidió la interacción del público.
Y es que ‘Los Rostros de la Palabra’ no es una exposición, ni un recital, ni una instalación, ni una performance, ni una proyección, ni siquiera un lugar único y homogéneo. Los Rostros de la Palabra es todo eso compilado y reunido en un mismo espacio diferenciado por las armas de la poesía, por los matices de la comunicación, por los juegos de las identidades y la deliciosa discordancia del caos creativo.
Lo cierto es que la muestra sorprendió. La misma se podrá visitar hasta el próximo 3 de septiembre y permitirá a los asistentes completar todo el recorrido de esta instalación poética, detenerse y descubrir toda la poesía
Tras ‘Los Rostros de la Palabra’ fue turno para ver la nueva exposición de la sala temporal del museo. Esta vez fue a través de una nueva muestra de relojes bajo la denominación de ‘Tic- Tac’, que alberga diferentes relojes históricos y de gran valor artístico de la colección personal de Anita Ávila. A partir de ahí se iluminó todo el interior del Museo para que el público presente pudiera disfrutar libremente de todas las salas y exposiciones.
Ya en el exterior del Museo, hubo oportunidad de disfrutar de la música y el baile gracias a la asociación ‘Loja por el Baile’ que amenizó la noche a todos los presentes, que llenaron toda la plaza, aprovechando una vez más la presencia de la barra instalada por la Cofradía de la Santa Vera Cruz, Jesús Preso y Nuestra Señora de los Dolores.