Loja podrá contar con un espacio museístico en el que pueda preservarse, conocerse y estudiarse la obra del poeta y periodista Juan de Loxa. Así lo anunció públicamente el alcalde de la ciudad, Joaquín Camacho, en la entrega de los premios Ibn al Jatib que ofrece anualmente la Fundación del mismo nombre.
En un acto cargado de emotividad y de muchos recuerdos, el primer edil ofreció a la familia de Juan García Pérez (De Loxa) un lugar municipal y los medios necesarios para que ese deseo pueda hacerse realidad, siempre que los herederos decidan ceder parte de su legado cultural a esta ciudad, tal como parece más que probable, habida cuenta de las intenciones expuestas por los titulares de su patrimonio en reiteradas ocasiones desde que se produjo el óbito del ilustre lojeño.
Hacía justo un año desde que Juan de Loxa falleciera en Madrid, el 15 de diciembre de 2017, cuando llegó en forma de reconocimiento institucional, el agradecimiento de todo un municipio a la labor desarrollada desde los años 60 hasta la actualidad por el que es, sin lugar a dudas, el más grande literato nacido en Loja, tras el polígrafo Ibn al Jatib. Y esa efeméride, a pesar de la tristeza por su profunda pérdida, fue una jornada de exaltación de su vida y obra y, por tanto, de alegría por todo lo que luchó y trabajo para el bien de la cultura.
El Centro de Iniciativas Culturales El Pósito acogió en la mañana del sábado 15 a un numeroso público que llenaba la sala de las columnas del edificio renacentista, había razones más que suficientes para que fuese así, porque, si de un lado, familiares y amigos del poeta ocupaban buena parte del espacio, no lo eran menos los que acudieron para acompañar al padre claretiano Luis Maqueda en la recogida de su también merecido premio.
Junto al primer edil, la corporación en pleno, la diputada provincial de Cultura, Fátima Gómez, el delegado de Educación, Germán González, y la gran compañera de lides radiofónicas y poéticas de Juan, Elodia Campra.
PARALELISMO
En su discurso, el alcalde estableció un paralelismo entre los dos galardonados, por la época que les tocó vivir, por su empeño y dedicación y por la grandeza de su obra.
Dijo Camacho que Juan de Loxa, además de ser un gran poeta, escritor, activista cultural y divulgador de Federico García Lorca, fue “un gran luchador por las libertades desde la cultura” en un momento en que estaban prohibidas tantas manifestaciones y en las que se comprometió personalmente para potenciar el panorama creativo a través de la publicación y el espacio radiofónico Poesía 70, el nacimiento de “Manifiesto Canción del Sur” o la puesta en marcha de la Casa Museo Federico García Lorca, de cuya fundación fue director durante largos años, entre otras muchas actividades.
Mientras tanto, en Loja, un sacerdote emprendedor y activo, Luis Maqueda, trazó su vida en función de su apoyo a la iniciativa empresarial desde la base, creando una sociedad cooperativa compuesta íntegramente por mujeres, tal como recordó Joaquín Camacho, para apoyar el crecimiento económico y el desarrollo de esta ciudad. Pero también, añadió el regidor, impulsando la formación profesional como motor fundamental de crecimiento de una sociedad necesitada de cualificación laboral, haciendo lo posible y lo imposible para la apertura del hoy IES Moraima.
Años difíciles decía Camacho en los que se entregaron, en cuerpo y alma, el único lojeño que lleva en su DNI el nombre de Loxa, y un soriano que dedico casi 20 años de su vida a este municipio.
FAMILIA
En nombre de Juan de Loxa recogió la estatuilla su prima Lola Grande, mientras que era el propio claretiano quien recibía la suya. Antes de cada entrega, que hicieron la diputada provincial y el alcalde, respectivamente, se proyectaron sendos vídeos sobre las dos personas homenajeadas, e incluso en el caso del Padre Maqueda, con algunos testimonios de antiguos compañeros del instituto.
Fátima Gómez rememoró el espíritu que marca el devenir de la Fundación Ibn al Jatib, entre cuyos objetivos se encuentra el reconocimiento a quienes trabajen y luchen por el conocimiento y divulgación de los valores humanos en cualquiera de sus facetas, y enmarcó perfectamente este horizonte en la figura de los dos homenajeados.
Por parte de la familia de Juan de Loxa, cuyas dos ramas, la paterna y la materna, se encontraban ampliamente representadas, Lola Grande, visiblemente emocionada, puesto que fue precisamente ella la que encontró a su primo ya sin vida en el domicilio que este ocupaba en Madrid, habló de la grandeza y nobleza de su familiar, y agradeció al consistorio y a la fundación la entrega de este reconocimiento.
Luis Maqueda, con sencillez y emotividad pronunció en mayúsculas una palabra: “agradecimiento” hacia quienes le quieren, le apoyaron en su trayectoria lojeña y hacia quienes ahora le distinguían con este premio.
El acto no acabó con las palabras de recuerdo o la exaltación de las virtudes de ambos galardonados, sino que fueron los poemas de Juan de Loxa los que pusieron el punto y final como no podía hacerse de mejor manera. Los encargados de transmitir con su voz la sensibilidad y creatividad del poeta fueron Juan María Jiménez y Elodia Campra.
Después, para dar paso a la charla, al intercambio de opiniones y de la sensaciones vividas, la Fundación Ibn al Jatib ofreció un aperitivo en la planta baja de El Pósito, lo que fue aprovechado por muchos de los asistentes para hacerse una foto, bien con la imagen de Juan de Loxa desplegada en un mural, o con el propio profesor y emprendedor Luis Maqueda.