Loja volvió al siglo XIX. La asociación ‘Loja, dos reinos, dos culturas’ celebró el pasado fin de semana la novena edición de su evento recreacionista, que en esta ocasión representó la sublevación campesina del 1861, conocida como la ‘Revolución del pan y el queso’. El colectivo si situó en una etapa más reciente de la historia local, también de suma trascendencia, tras estos últimos años recreando la toma de la ciudad por las tropas cristianas a los nazaríes y la sociedad de finales del siglo XV.
Una decena de artistas y figurantes del colectivo Battle Honours encarnaron a personajes tan relevantes como el militar y político lojeño Ramón María Narváez, I Duque de Valencia, quien luchó por mantener el poder de la reina Isabel II, y Rafael Pérez del Álamo, principal dirigente de la sublevación para defender los derechos de los campesinos. También destacaron la propia monarca, además Carlos Marfori, I Marqués de Loja, y personalidades de la clase alta y cuerpos como el de la Guardia Civil. Las recreaciones tuvieron lugar en escenarios reales donde ocurrieron los hechos y que hoy día se conservan, como el Palacio de Narváez, el Casino o la antigua Casa de Cabildos.
El evento se enmarca en las I Jornadas Históricas Culturales de Loja, que se han centrado en los años 1861, cuando se produce el levantamiento popular con Pérez del Álamo a la cabeza, y 1862, año en que la reina Isabel II visita el municipio y perdona a los implicados.
La actividad se dividió en dos bloques: un primero que escenificó la visita de Isabel II con un desfile de recepción de la época con música tradicional como un fandanguillo.
Ya en su palacio, el general Narváez ofreció un discurso desde uno de sus balcones. Se dirigió al pueblo para mostrar su apoyo a la reina Isabel II y condenar la actitud de los revolucionarios. Posteriormente, la monarca y el resto de invitados disfrutaron de un baile en el salón noble del palacio. Destacaron los vistosos vestidos de las féminas y los trajes de gala de los hombres.
El segundo apartado abordó los sucesos de la revuelta, como el juramento para ser miembro de la sociedad secreta, un duelo entre Pérez del Álamo y un partidario del Marqués de Loja -en el que el revolucionario quedó malherido-, y la proclamación de la Revolución y el reparto del pan y el queso -un gesto que le da nombre a la revuelta- y una breve refriega entre la Guardia Civil y los revolucionarios.
Recreando la sociedad de esta época hubo actores y actrices representando oficios como farolero, vendedor de sombreros, mantero o afilador, y también juegos populares.
El Ayuntamiento de Loja ha apoyado este evento recreacionista con una aportación económica de 6.500 euros, financiados por el consistorio y la fundación Ibn al-Jatib.