La Peña Cultural Flamenca Alcazaba con el principal apoyo del Ayuntamiento de Loja y de empresas colaboradoras ha vuelto a cumplir con los amantes de este arte. Por tercer año de forma consecutiva, estos peñistas han celebrado su festival flamenco, instaurado al margen de su afamado concurso en su 50 aniversario. De nuevo la aceptación del público fue importante, por lo que se asienta un evento que forma ya parte de la agenda del verano lojeño.
El escenario ha sido el mismo de pasadas citas, el Complejo de Piscinas Genil. En ese marco incomparable, se ha contado con más de 700 amantes del flamenco. Aunque hubo mucho local, también se han sumado numerosos visitantes. El cartel lo merecía, con seis referentes del cante y baile que mantienen el nivel de pasadas citas.
El cantaor de la tierra, natural de Huétor Tájar, Juan Pinilla, ha repetido como maestro de ceremonias, dando el temple y saber a una velada marcada por la fuerza y el duende de este arte. Al inicio se ha contado con las intervenciones del presidente de la peña, Antonio Cáceres, el alcalde, Joaquín Camacho, y el concejal de Cultural. Todos ellos han expresado sus agradecimientos y orgullo de ver la respuesta del público y han manifestado el compromiso de mantener este festival y otros eventos que fomenten el flamenco.
La noche ha comenzado con la participación al cante de Rocío del Corzo. La más joven de los participantes es natural del Puerto de Santa María, aunque vive en Jérez de la Frontera, tierra donde es más que reconocida. Era una de las primeras salidas a festivales fuera de sus raíces, y ha demostrado su carácter en diferentes palos.
A continuación, el escenario se ha llenado del arte de un músico ya consagrado, tiene cuatro discos, y referente del actual flamenco, Ezequiel Benítez. Artista ortodoxo y novedoso a la vez ha destacado por la creación de letras y la personal impronta que les imprime a sus interpretaciones. Cantaor original es de la pura escuela jerezana. Es una figura requerida en los mejores festivales del momento. En Loja ha demostrado que es un referente del cante corto y directo al alma; salvaguardando y renovando lo más ortodoxo, con una dedicación, originalidad y amor inusual.
Remedios Amaya ha puesto el toque más afamado a la velada. La sevillana, que se sobrepuso a sus problemas de salud, ha regalado todo su embrujo y empuje. Con excelentes críticas musicales en su carrera, siempre ha destacado por su cante flamenco alegre. Con gran sintonía con el público, Amaya no se ha podido despedir nada más que con su tema más reconocido, ¿Quién maneja mi barca?, con el que participó en Eurovisión. Al margen de esta canción anecdótica, la trianera dejó un Loja una gran sensación de profesionalidad y buen hacer.
Como en los dos anteriores festivales, se ha contado con una propuesta de baile. Al igual que en el primer año se contó con el local, Miguel Barranco, en esta ocasión se ha propuesto el baile de la granadina Fuensanta ‘La Moneta’. La granadina tiene una relación con el flamenco que se remonta a sus primeros años de vida. Siendo una niña, recorría afamados tablaos de Granada, así como galas de televisión. Compaginó el baile con sus estudios, formándose con maestros como Javier Latorre, Mario Maya, Juan Andrés Maya, Israel Galván y Matilde Coral, entre otros, con quienes aprendió en cursos y talleres. Entre los galardones recibidos en su trayectoria figura el primer premio del concurso de baile del Festival de Cante de Las Minas de La Unión, en 2003, y la Medalla al Talento Joven que le otorgó el Festival Flamenco de Torrelodones. En Loja ha regalado un extenso repertorio de su arte.
Quizás la actuación más esperada, por su ascenso en el mundo de la música más comercial, David Palomar, ha deleitado por su flamenco fresco y cercano. Gaditano del barrio de La Viña, Palomar cuenta con una destacada trayectoria. Entre sus numerosos premios destacamos en 2016 la «Bandera de Andalucía» por su labor de «Promoción de Cádiz al exterior», Premio Nacional VI edición «El Suplemento» al mejor álbum del año con «Denominación de Origen» y doble Premio Nacional en el XVIII concurso de cante flamenco de Córdoba, obteniendo los premios «Manolo Caracol» y «Camarón». Vanguardista del flamenco, ha sido uno de los artistas más ovacionados de la noche.
El cierre de la noche ha correspondido al cantaor de Chiclana de la Frontera, Alonso Núñez Fernández ‘Rancapino Chico’. Con profundas raíces en este arte, es uno de los mejores cantaores jóvenes del flamenco actual, un artista fiel a sus principios y con un cante donde la pureza y la verdad sobresalen. Considerado como una de las grandes promesas del flamenco puro de Cádiz, Rancapino Chico ha regalado a los amantes del flamenco lojeño una gran variedad de cantes.
Fue el cierre a un tercer festival que ha dejado un buen sabor de boca a todos los asistentes. Es un gran inicio a un mes de agosto donde el flamenco es el protagonista. La final de la Volaera en su 52 edición está a la vuelta de la esquina. Será en el Hotel El Mirador el próximo viernes 23 de agosto.
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