La sencillez y la humildad son valores que enriquecen la valía de una persona, y cuando se trata de un artista de reconocido prestigio, ese plus tiene aún mayor significación en un mundo en el que suele suceder lo contrario.
Esas pueden ser dos claves destacadas a lo hora de definir a Antonio Manuel Álvarez, conocido como Pitingo, tal como demostró en la presentación de su próxima gala en Loja con motivo de la Feria Grande de la ciudad.
El encuentro con la prensa tuvo lugar en el Palacio de Narváez, entre los saludos y las peticiones de fotografiarse con él de numerosas personas. Siempre navegando entre las aguas de muchos colores del soul y la bulería, el onubense Antonio Manuel Álvarez Vélez, hijo de gitana y payo, a quién, como se decía anteriormente, se conoce artísticamente como Pitingo (que significa presumido en calé), encontrará amarre bajo los focos lojeños el 30 de agosto en el Estadio Medina Lauxa. Este arriesgado autor de música fusión dio el nombre de “soulería” al género híbrido que cosía el brillo de Aretha Franklin con la potencia de Camarón; flamenco y música negra en una emulsión peculiar digna de ser escuchada.
Originario de Ayamonte y famoso por comenzar cantando por Manolo Caracol mientras trabajaba en el aeropuerto de Barajas, inauguró su carrera en 2006 con el disco Pitingo con Habichuelas, en el que participaron leyendas como Pepe y Juan Habichuela. Este buen comienzo le permitió sentirse libre de experimentar y bautizar su “soulería” dos años más tarde con versiones muy creativas como su famoso single “Killing me softly with this song” que le repercutió en un disco de oro y doble de platino, además de más de 20.000 copias vendidas. Su trabajo ha sido constante hasta hoy cuatro discos más y un quinto que nombró, el año pasado, “Mestizo y fronterizo”, donde interpreta, muy libremente, la canción Soul Man de Sam Moore con el mismo autor. Algo que se puede decir de Pitingo, es que tiene la habilidad de dar a conocer el soul a quienes no lo conocían, y seguir amando el flamenco.
RECONOCIMIENTO
Consecuencia de ese buen hacer musical fue el mes y medio que estuvo en cartel su espectáculo en el Teatro Gran Vía de Madrid, y cuya presencia ahora en Loja viene arropada por más de 15 personas sobre el escenario, entre músicos, coro de godspell, o representantes del son cubano.
Tal como señala el propio artista, es una actuación para todos los públicos, pues además del carácter multicultural que tiene, se suman otros elementos que no dejan insensibles a los asistentes por la variedad de estilos en torno a una raíz flamenca: música rock o pop, cante, soul…
Pitingo espera una buena respuesta del público lojeño y de todo aquel que se traslade hasta esta ciudad para su concierto, anticipando ya que se dejará la piel sobre el escenario. Su carácter iconoclasta, alejado de los cánones rigurosos y estáticos de un mundo como el flamenco, le permite dar rienda suelta a su imaginación, su sensibilidad, su frescura y su capacidad creativa, algo que, lejos de perjudicarle, le ha aupado a un gran reconocimiento tanto dentro como fuera de España.
En la presentación de su próxima actuación lojeña, la concejal de Fiestas, Rocío Guardeño no podía ocultar su satisfacción por contar con él entre las grandes actuaciones de la Feria Grande.
Por su parte, el alcalde Joaquín Camacho, ratificaba el acierto de su contratación y se alegraba de que un artista de su talla pueda complacer a muchos seguidores suyos en directo. Así mismo, Camacho animó a los lojeños a acudir al concierto, pues además de la calidad de la propuesta se suma el precio tan económico, de sólo 10 euros, que se ha establecido. Un precio de la entrada que aún es menor si se compra el abono de 15 euros para las actuaciones de David Bisbal y de Pitingo en el Estadio Medina Lauxa, los días 29 y 30 de agosto, respectivamente.