El pasado viernes tuvo lugar la presentación de la exposición “Por la fuerza del agua”, del arqueólogo lojeño David Gómez, que durante varios años ha estado investigando sobre una parte de la historia de Loja que apenas se conoce. Diversos elementos, paneles y obras de arte explicarán hasta muy adentrado el 2017 la importancia histórica que tuvieron los molinos en el municipio. Se calcula que en otros tiempo pudo haber alrededor de medio centenar, que servían para labores tan diferentes como la fabricación de harina, papel, tejidos y hasta chocolate.
Con la ayuda de la Fundación Ibn al-Jatib de Estudios y Cooperación se ha difundido parte de este trabajo. “Esta exposición supone un acercamiento a la importancia real del agua en Loja, también como fuente de energía desde tiempos medievales”, destacó el concejal de Cultura, José Antonio Gómez, durante el acto de inauguración. Por su parte, Rosana Cansino, conservadora del museo, indicó que este espacio museístico “tiene por objetivo difundir la historia de Loja y los molinos forman parte de su patrimonio etnográfico”.
A la inauguración asistieron tanto miembros de la corporación local como alumnos del IES Virgen de la Caridad acompañados de sus profesores, los padres de David Gómez -en representación suya, ya que este por motivos profesionales no pudo asistir-, así como los hermanos Serrano, familia de molineros dueños del antiguo molino de harina de la Esperanza.
“Sigue el agua su camino, y al pasar por la arboleda, mueve impaciente la rueda del solitario molino… y allá en el fondo del caserío, a la par que el hombre, trabaja el río”. Son los versos que los hermanos Serrano – Ángel y Manolo – quisieron recitar. “Yo puedo decir que en mis tiempos he trabajado como hace 300 o 400 años atrás, con las piedras francesas y los saltos de agua”, añadía uno de ellos orgullosamente.
“Por la fuerza del agua” recorre así parte de esa diversidad de instalaciones manufactureras hidráulicas, donde se desarrollaban oficios tradicionales como el de molinero o herrero. Trabajos como los que también conocen de primera mano la familia de panaderos Malagón, de Riofrío. Loja además cuenta con uno de los pocos martinetes de la provincia. En documentos del Archivo Histórico Municipal y publicaciones sobre regadíos y molinería se han localizado entre los siglos XV y XIX 34 molinos y fábricas harineras, 8 molinos de aceite, 4 batanes de paños, 3 molinos de papel, 2 fábricas de chocolate, 4 aserraderos de piedra, y una fábrica de aguardiente, que alcanza “un total de 58 ingenios, lo que da idea de la actividad que hubo en Loja”, señaló el alcalde y a su vez presidente de la fundación, Joaquín Camacho.
La exposición cuenta además con los dibujos y fotografías de los alumnos del Bachillerato de Arte del IES Virgen de la Caridad y con el diseño de Fernando Cienfuegos. “La fundación quiere dar a conocer la riqueza cultural e histórica de Loja y ese es el objetivo de esta exposición”, apostilló Joaquín Camacho.
