Tras un sábado de espuelas de Incensarios, siempre largo para los que disfrutan de estos grupos de amigos, llegaba un madrugador Domingo de Ramos. La bendición de las palmas se llevó a cabo en la Plaza de la Constitución con la presencia de los párrocos, Enrique Ferrer y Juan Carlos Burgueños. Ambos concelebraron la Santa Misa con la lectura de la Pasión de Cristo. Se contó con la presencia de los representantes de las Hermandades y Cofradías que acudieron con sus respectivos estandartes.
Tras la Santa Misa se inició el cortejo de Jesús En Su Entrada Triunfal en Jerusalén. Los tambores de la Hermandad comenzaban el cortejo que se caracterizó por la presencia de pequeños vestidos de hebreos. El tintineo de campanillas fue sonido celestial para una mañana siempre esperada. También fue el momento del estreno de la Banda de Tambores y Cornetas Flor Entre Espinas.
La Borriquilla, como se le conoce popularmente, fue llevada con muy hacer por una joven cuadrilla de horquilleros que se asientan año a año. La llegada a tribuna contó con mucha presencia de público. Doble marcha para la llegada del trono a Duque de Valencia, justo antes de la subida al Barrio Alto.
Mucho ambiente cofrade también en las calles del punto más alto de la ciudad. La comitiva disfruto con tranquilidad de su caminar antes de bajar camino del encierro en el Convento de Santa Clara. Jesús, acompañado de la sonrisa de Nahara, se despidió con su ya clásica bendición.
El cielo aguantó, incluso apareció el sol, para recibir a la Hermandad en su segunda salida procesional. Tambores, penitentes y mantillas se sumaban al cortejo. Llegaba el momento de comprobar los avances del trono del Ecce Homo, toda una joya artística. Con gran delicadeza, la cuadrilla de horquillleros comenzó su caminar bajo las marchas de la Banda Flor Entre Espinas.
También hubo estreno en el trono de María Santísima de la Luz que lucía nueva canastilla. Emoción en la salida de la Virgen y lleno absoluto de la portada de la Iglesia de la Encarnación. La Banda de Música de Loja acompañó a la titular.
El cortejo se conformó en la plaza de la Constitución para acometer su paso por tribuna. Llegada serie y medida del Ecce Homo, llevado con tranquilidad por el póstor. También la salida, con la curva hacía la cuesta de la Posadilla, fue muy reconocida por el público que se agolpaba para no perderse detalle.
La Virgen de la Luz también fue recibida con vítores en su paso por tribuna. Ejemplo del apoyo de los lojeños al cuerpo de horquilleras de la Virgen fue la subida por la cuesta de la Posadilla. Su esfuerzo fue compensado con sentidos aplausos.
El cortejo se disfrutó en el Barrio Alto, donde las ‘cuatro esquinas’ se convertía en el mejor sitio para disfrutar de su paso. La noche pilló a la comitiva por la Carrera de San Agustín, donde todo se precipitaba para el encierro. Las últimas marchas antes de la recogida se disfrutaron por las cuadrillas de horquilleros y horquilleras. Fue un gran Domingo de Ramos, que se pudo disfrutar de principio a fin.
