Este pasado fin de semana se celebró el IV Memorial ‘Antonio Lopera’, un homenaje en forma de prueba deportiva atlética que los hijos rinden a su padre y que este año ha sido especialmente emotivo para toda su familia y amigos. De hecho, recientemente se produjo también el fallecimiento de su madre, por lo que sus hijos, José Antonio y Francisco Javier, sobre todo, con el acompañamiento también al final de Julio, y esperando en meta Miguel y María, llevaron a cabo este reto, aún más exigente que en años anteriores.
Y es que el primer año el trayecto se desarrolló entre Salobreña y Granada, el segundo entre la localidad costera y la carretera de La Cabra y el tercero unió Sevilla y la aldea del Rocío.
En esta cuarta ocasión el desafío fue de consideración, pues se trataba de realizar corriendo los aproximadamente 140 kilómetros que hay entre Salobreña y Loja, pasando por Vélez de Benaudalla, Valle de Lecrín, Dúrcal, Padúl, La Malahá y Huétor Tájar. La actividad se inició en la tarde del viernes en la localidad costera y finalizó unas 24 horas después en Loja, junto a la plaza de la Victoria, donde el área de Deportes, colocó el arco que pone habitualmente en sus pruebas deportivas, además de un equipo de megafonía y locución. Además, desde el área de Gobernación se facilitó la presencia de la policía local y Protección Civil.
Desde Salobreña habían partido José Antonio y Francisco Javier Lopera en la tarde del viernes, junto a algunos amigos. Durante el recorrido hubo momentos especialmente complicados, sobre todo por las bajas temperaturas, a lo que se sumó también la lluvia en la jornada del sábado, especialmente en la recta final. En Huétor Tájar se sumaron también otros amigos, varios corredores lojeños que acompañaron a los hermanos Lopera hasta su llegada a Loja, donde les esperaban el resto de hermanos y familia, además de numerosos amigos.
Pese a que llovía a esa hora, el recibimiento fue espectacular y los momentos de emoción fueron inevitables, al unirse el sentimiento y el esfuerzo de la actividad deportiva. Como reconocía José Antonio Lopera “hemos vivido momentos muy emocionantes en los que el esfuerzo físico queda en un segundo plano, lo mejor es el recuerdo a nuestros padres”. Y es que, como reconoció “en los momentos de debilidad que hemos tenido a lo largo de la carrera, ese sentimiento es el que nos ha empujado a seguir adelante”. José Antonio Lopera reconoció que ha habían tenido momentos duros, con temperaturas de hasta 3 grados bajo cero “en los que el cansancio y el esfuerzo han hecho mella”.
La llegada a Loja, como antes señalábamos fue especialmente emotiva. “Hemos tenido sorpresas muy agradables al llegar aquí, con la presencia de familiares a los que no esperábamos y muchos amigos”, decía José Antonio.
Su hermano Julio coincidió en las mismas sensaciones señalando que “se trataba de estar todos juntos” y destacaba “la gran cantidad de amigos que nos han recibido aquí a la llegada para recibirnos y compartir este momento con nosotros”. Confesó que “no esperábamos tanta gente y la verdad es que ha sido todo muy emotivo y ha sido un gran broche a un día entero de sufrimiento”.
Otro de los hermanos, Miguel, esperó en la meta y vivió con la misma emoción este nuevo reto. “Ha sido muy emocionante y no podemos más que dar las gracias a todos los que nos han apoyado y pensar que mis hermanos han llegado bien y que seguro que para el año que viene proponen nuevos retos por delante”.
El concejal de Deportes, José Antonio Gallego, y el concejal de Educación y Cultura, José Antonio Gómez, también quisieron estar presentes para esperar la llegada de los participantes en este IV Memorial ‘Antonio Lopera’. Gallego señaló que “Francisco Javier llevaba tiempo dándole vueltas a esta prueba deportiva, hemos tenido varias reuniones y hemos estado preparando la prueba y todo ha sido muy emotivo como hemos podido ver aquí en la línea de meta”.
El concejal destacaba el mérito del reto deportivo “pues han completado 140 kilómetros en apenas 24 horas, soportando temperaturas muy frías y momentos muy complicados”.