Este próximo domingo, nos encontramos ante unas elecciones europeas que serán cruciales para el futuro de nuestro pueblo y país. En los últimos dos años, hemos sido llamados a las urnas en cuatro ocasiones, pero es esta cita electoral la que verdaderamente marcará la diferencia. Las leyes y tratados más importantes se gestan en el Parlamento Europeo, y su impacto en nuestras vidas es profundo y duradero.
En los últimos cinco años, la coalición del PP-PSOE ha dominado la política en Bruselas e implantado la malevola AGENDA 2030, el Pacto Verde europeo y políticas de fronteras abiertas. Este plan ha tenido efectos devastadores en nuestro sector primario, agrícola, pesquero y manufacturero. Mientras que los productos de países extracomunitarios gozan de libre acceso al mercado europeo, no están sujetos a las rigurosas normas de calidad, agroalimentarias, fitosanitarias y laborales que sí deben cumplir nuestros productos españoles, reconocidos por su excelencia a nivel mundial. Esta situación ha generado una competencia desleal que está destruyendo a nuestros productores nacionales.
Además, las políticas de fronteras abiertas defendidas e implantadas por la coalición del PP-PSOE y los verdes en Europa nos están arrebatando la seguridad y fomentando la degradación de nuestros barrios. Eurodiputados del PP, como Fernández Pons y Margallo, se sienten ufanos de votar lo mismo que el PSOE en más del 88% de las propuestas en Bruselas. El vandalismo, la okupación de propiedades privadas y la sensación general de inseguridad se han incrementado notablemente. Parece que el PP es el mejor gestor de las políticas de la izquierda, no solo en Loja, sino en muchos otros lugares donde se siente cómodo compartiendo mesa y mantel con el PSOE. Ahora, en campaña, se pelean y buscan diferenciarse para absorber el mayor número de votos, pero son lo mismo. Cuando pasen las elecciones, volverán las sonrisas, el compadreo y el “sí señor alcalde, muchas gracias señor alcalde” volverá de nuevo. Este panorama alarmante exige un cambio urgente si queremos preservar nuestros valores, identidad y garantizar un futuro seguro para todos los nuestros.
Ante esta situación, es vital reflexionar sobre nuestro voto. Optar por la papeleta del PP o del PSOE significa, en la práctica, elegir lo mismo. Estos partidos han demostrado votar igual en más del 88% de las propuestas en Bruselas, perpetuando políticas que no benefician a los intereses de Loja, España ni la soberanía de las naciones europeas.
La elección de este domingo es una oportunidad para decidir entre continuar con una agenda que perjudica nuestros sectores más vitales o apostar por una agenda verdaderamente española que proteja y promueva nuestros intereses. Es el momento de actuar y tomar decisiones que realmente reflejen nuestras prioridades y necesidades como nación.
No debemos subestimar la importancia de nuestro voto en estas elecciones. Nos jugamos mucho más que un simple cambio de representantes; nos jugamos el futuro de nuestro país, la seguridad de nuestras calles y la supervivencia de nuestros sectores productivos. Es fundamental que cada ciudadano se informe, reflexione y participe en este proceso democrático.
Este domingo, cuando nos encontremos frente a la urna, recordemos que nuestro voto tiene el poder de cambiar el rumbo de nuestra ciudad y país. De nada sirve luego quejarse y lamentarse. Ya está más que demostrado que solo hay una opción diferencial: o todos ellos, o un cambio real que solo puede ofrecer la papeleta de VOX. No dejemos pasar esta oportunidad de construir un futuro mejor para todos los nuestros.
