El joven de Villanueva Mesía Cristian Guerrero fue el gran triunfador en la novillada de Feria celebrada en Loja, donde saldó su actuación con las dos orejas y el rabo en una buena tarde para el diestro, que salió a hombros, al igual que Antonio Ganivet, que cortó dos orejas. Distinta suerte corrieron Juan José Romera y María Sierra, compañeros en una tarde que se completó con un espectáculo de recortes, inédito hasta ahora en Loja.
Con novillos de la ganadería ‘Toros de la Plata’ del Castillo de las Guardas (Sevilla) y Miguel Prados Osuna de Íllora, abrió la tarde Antonio Ganivet, quien comenzó su faena con un sobresalto junto a las toblas, donde fue cogido, aunque pudo recuperarse. Tras el susto, el de Santa Fe completó una buena actuación. En la suerte de matar, tras pinchar en el primer intento, pudo rematar en el segundo, mereciendo las dos orejas a juicio de la presidencia y a petición del respetable.
Tras Ganivet fue el turno para Cristian Guerrero. En las banderillas mostró arte y estilo, completó una buena faena y estuvo bien también con la espada, aunque se llevó un ‘revolcón’ en esta suerte. Aún así, mereció las dos orejas y el rabo a petición de un público que supo valorar y agradecer su actuación.
El tercer toro de la tarde fue para Juan José Romera, quien no estuvo afortunado con la espada, con varios intentos fallidos, lo que le impidió completar una buena actuación. El granadino tuvo que conformarse con las dos orejas.
La tarde la completaría María Serra. No completó una buena faena, incluso el novillo llegó a cogerla, aunque afortunadamente sin consecuencias. Tampoco estuvo acertada en la suerte de matar, donde le costó no pocos intentos tras mostrar poca destreza. Al final, fue recompensada con una oreja.
Tras los diestros, los aficionados lojeños, que llenaron tres cuartos de la plaza de toros de Loja, pudieron ver por primera vez el espectáculo de los recortes, a cargo de tres de los mejores recortadores que hay actualmente en el panorama nacional, todos ellos pertenecientes a ‘Taurina Goyesca. Se trata de los madrileños Marcos Prieto, Eduardo Verdes y Pedro de la Peña. El público asistente disfrutó de este espectáculo, aunque la vaquilla no ayudó mucho, por lo que tuvieron que tirar de imaginación e ingenio para intentar sorprender a los aficionados.