Las áreas de Bienestar Social y de Medio Rural del Ayuntamiento de Loja han entregado los últimos 16 huertos sociales disponibles en dos parcelas de titularidad municipal a jubilados y familias con problemas económicos. En concreto, se han adjudicado ocho parcelas en La Esperanza y otras ocho en Los Caracolares, con lo que todos los huertos que se ofertaban ya están ocupados, si bien se ha reservado uno para cubrir casos urgentes que se presenten.
Entre estos dos espacios de cultivo suman cerca de 150 parcelas de unos 200 metros cuadrados, 80 en La Esperanza -en donde se mezclan huertos para jubilados y sociales- y 70 en Los Caracolares –todos para jubilados-. Están dotadas de sistema de riego y accesos, así como un cuarto de aperos propio. En vistas a una mayor demanda, el Ayuntamiento ya está barajando la ampliación de esta iniciativa a otros terrenos municipales con el objetivo de cubrir a un mayor número de personas.
Las primeras tierras se adjudicaron hace más de catorce años, por aquel entonces sólo a personas mayores, con el objetivo de contribuir a su envejecimiento activo mediante el cultivo de su propio terreno. Sin embargo, y ante la difícil situación económica actual, el Consistorio decidió el año pasado ampliar los beneficiarios a las familias lojeñas con pocos recursos.
Por ello, se reservaron 16 para estas personas, como apunta Matilde Ortiz, concejal de Bienestar Social, quien subrayó que “estos huertos no son la solución económica para nadie, aunque les viene muy bien porque les soluciona muchas comidas al cabo de la semana gracias a los productos que cultivan”. También destacó el trabajo “riguroso” y “exquisito” de los técnicos de Servicios Sociales a la hora de seleccionar a las familias beneficiarias que reunieran los requisitos exigidos.
El proyecto de huertos sociales de La Esperanza se inició en el anterior mandato y contó con una inversión de alrededor de 330.000 euros. El edil de Medio Rural, Antonio Ramón Molina, recordó los “problemas” que se encontró el equipo de gobierno actual relacionados con este proyecto. “Los huertos de La Esperanza no tenían sistema de riego instalado ni suministro eléctrico y algunas parcelas no tenían cubierta de tierra vegetal que permitiera el cultivo. Todo eso se tuvo que hacer con recursos propios, ya que la partida prevista en un principio estaba agotada”.
Para el alcalde de Loja, Joaquín Camacho, con estos huertos sociales “se mantienen las políticas activas para personas mayores, que son las protagonistas de esta iniciativa” y añadió que la filosofía de su equipo de gobierno es estar “más cerca de las personas, mayores y familias sin recursos, que necesitan un huerto para envejecer activamente o para conseguir alimentos ecológicos que palien en parte su situación económica”.