Antes de la conferencia ofrecida en el Centro Cívico por parte de Pedro García Aguado y Francisco Castaño Mena bajo el título ‘Aprender a Educar’ y que hizo que se llenara por completo el Centro Cívico Adolfo Suárez en la tarde del viernes, el famoso presentador del programa ‘Hermano Mayor’ que se emite en Cuatro, concedió una entrevista en la que habló del trabajo que vienen realizando para ayuda a los padres y madres en la educación de los hijos. También analizó la situación y los comportamientos de los jóvenes, así como algunas pautas y consejos para ayudarles en su aprendizaje.
En la actualidad, Pedro García Aguado compagina su labor en televisión con la asesoría especializada en diferentes áreas relacionadas tanto con la enfermedad de la adicción como con los trastornos de conducta en adolescentes. Es coautor, junto al propio Francisco Castaño Mena del libro ‘Aprender a Educar. Evitar el mal comportamiento y el fracaso escolar’.
Asimismo, ofrece conferencias y realiza talleres que intentan que los padres y madres encuentren herramientas que les ayuden a tratar el tema de la educación de sus hijos, haciendo hincapié en la educación en valores y en el fomento de la inteligencia emocional como pilares fundamentales en su desarrollo.
“La gente está concienciada, por eso viene a estas charlas y a la escuela de padres”, nos cuenta García Aguado. “Nosotros no somos pretenciosos, no pretendemos decirle a los padres que están educando mal, pero sí pretendemos decirles que haciendo ciertas cosas, quizás el resultado que van a obtener puede ser diferente, porque nos estamos encontrando con muchísimos casos de violencia filio-parental que con una educación basada en el sentido común se podría haber evitado”.
Así, tal y como explica, en sus conferencias lo que hacen es ponerse en la piel de padres, en la piel de expertos “porque tratamos con muchos casos en la asesoría que tenemos en Barcelona de este tipo de violencia, mal comportamiento y fracaso escolar y entendemos que con unas pequeñas pautas se pueden evitar este tipo de conflictos”.
“En las charlas nos vemos reflejados todos, porque hablamos de los cuatro tipos básicos de padres: el autoritario, el sobreprotector, el excesivamente colega, pasota o despreocupado y, por último, los padres y madres conciliadores. La gente se ve reflejada y muchos salen motivados pensando lo que tienen que cambiar en la educación de sus hijos”.
La clave, según apunta “es conseguir que el tiempo que tengamos con nuestros hijos, tenemos que ser sus padres. Muchas veces entendemos que como estamos trabajando y no estamos con ellos, cuando llegamos a casa decimos cómo le voy a poner normas, cómo le digo que no, si yo lo que quiero es que mi hijo me quiera. Pues curiosamente los hijos te quieren mucho cuando saben que hay unas normas y unos límites. Si sólo le doy aquello que le gusta me estoy equivocando y le estoy haciendo un discapacitado para vivir en una sociedad que va a ser muy competitiva”, sentencia García Aguado, quien añade: “Nuestros hijos lo que necesitan es que seamos referentes, que les demos cariño, pero también está bien que les digamos de vez en cuando que no, porque les estamos enseñando el camino de la realidad. Hemos de educar a nuestros hijos según su personalidad. Hay que querer al hijo o la hija que tienes, no al que te gustaría tener”.
Por eso, añade que están “muy motivados en el hecho de que las familias puedan tener esa convivencia saludable dentro del ámbito del hogar, y esa frase que nos dicen muchas madres y padres de que es muy difícil educar, pues que no sea tan difícil y podamos entre todos ayudarles a que sus hijos el día de mañana sean personas felices, entendiendo por ello que sean capaces de valerse por sí mismos, que sean solidarios y, sobre todo, que tengan una conciencia moral que les haga no comportarse de la manera que algunas veces, lamentablemente, vemos en el programa ‘Hermano Mayor’, así que vamos a darles un buen mensaje y también un poco de caña porque hay cosas que tenemos que hacer mejor”, explica García Aguado.
La charla también se adentra en las reglas del juego, “es decir, entendemos que la educación tradicional está basada en las normas, en los límites y evidentemente en las consecuencias, y eso puede hacer que nuestros hijos sean muchísimo más seguros el día de mañana, porque cuando a un chico tú no le pones ninguna norma, ningún límite y nunca le dices que no a nada, posiblemente crecerá en un mundo irreal, un mundo en el cual piensa que todo lo que quiere va a ser concedido de manera inmediata y que todas las cosas van a ser como él o ella quiere, y desde ese punto de vista entendemos que eso no genera seguridad ni felicidad, sino todo lo contrario, muchísima inseguridad y muchísima infelicidad. Por eso abogamos en cómo los padres tenemos que, desde el cariño, pero con autoridad, guiar en el camino del crecimiento y la maduración a nuestros hijos, sobre todo, haciendo un buen uso de las normas y los límites y sabiendo que si se saltan esas normas y esos límites habrá unas consecuencias, que no son castigos, sino esas consecuencias que todos en algún momento hemos sentido al no hacer las cosas como debíamos”, explica Pedro García Aguado.
La conferencia concluye entrando en una confrontación de los valores que rigen ahora a la juventud, “que son valores que han venido del progreso, como pueden ser el deseo de satisfacción inmediata, el culto a la imagen, el hecho de tener que ser más o menos popular dentro de una red social y cómo se puede complementar muy bien con aquellos valores tradicionales que a nosotros nos inculcaron, que parece mentira que en algunas familias se han denostado, y que son el valor del esfuerzo, la perseverancia, el respeto, la disciplina bien entendida y cómo se puede volver a inculcar ese tipo de valores”, explica.
Según García Aguado esos valores no se han perdido, lo que pasa es que “los actuales han solapado a los tradicionales, que son perfectamente compatibles con los valores que tienen nuestros hijos ahora y hay que entender también a nuestros hijos, pero entender y comprender no quiere decir permitirles hacer todo aquello que ellos quieren”.
De esta forma aparece la adicción, que es la consecuencia de empezar demasiado temprano en el uso tanto del alcohol y las drogas como de las nuevas tecnologías y en el mal uso de ellas.”Nosotros lo que les decimos a los padres es estate pendiente, porque aunque tu hijo tenga 13 o 14 años no va a saber utilizar un ‘pepino’ de móvil que tiene internet, conexión 4G, porque le tienes que educar. Lo que hay que hacer es decirle yo te dejo el móvil, no te lo regalo, te dejo que lo cojas y te enseño a usarlo y te pongo una serie de normas para el uso de esta tecnología para que no se llega a la adicción”.
Respecto a las drogas y el alcohol a edades tan tempranas, según García Aguado, “el problema que tenemos es una falta de percepción del riesgo y esa falta parte muchas veces del mensaje como padres que les estamos dando en algunos casos a nuestros hijos de decir no pasa nada, son chavales jóvenes, tienen que divertirse… hay otras maneras de divertirse que no tienen que ser colocarte o vencer tus miedos a través del alcohol”.
Así, añade que “todos los mensajes que nosotros podamos dar a nuestros hijos de 0 a 12 años pueden evitar este tipo de trastornos y evitar que empiecen demasiado pronto a tomar alcohol y hacer mal uso de las nuevas tecnologías. Así que en la conferencia tratamos de dar una serie de herramientas para prevenir toda esta serie de problemas, porque se pueden prevenir desde la educación y no siempre pasándole la pelota a los servicios sociales, el Gobierno, la policía y decirles vigila a mi hijo. No, a tu hijo ya lo cuidamos, lo protegemos y hacemos cosas para que esté bien, pero como padre y madre tú tienes una responsabilidad y eso es lo que queremos desde ‘Aprender a Educar’, que volvamos los padres a ejercer de padres y las madres a ejercer de madres y no pasa nada que tu hijo te digo alguna vez ‘te odio’ porque le has puesto una norma y no le gusta” Según García Aguado “eso es que lo estás haciendo bien, porque le estás educando para el futuro y le estás diciendo que las cosas no van a ser siempre como él quiere. A nosotros nos han educado a todos así y yo no veo a nadie traumatizado por ello”, aclara.
El presentador de ‘Hermano Mayor’ se refiere también al papel de los medios de comunicación y su responsabilidad: “el problema de la sociedad actual está también en que los medios de comunicación a veces planteamos una serie de programas donde quizás nuestros hijos e hijas están aceptando como modelo algunos modelos que no son los adecuados. Eso también da lugar a que muchos adolescentes piensen en ese deseo de satisfacción inmediata, en eso no me voy a esforzar tanto como mis padres, porque yo creo que si me planto en un programa de televisión o en una serie voy a triunfar en la vida, voy a tener éxito y dinero rápido, y yo creo que lo que tenemos que hacer es sentarnos con nuestros hijos con estos programas y decirles qué es pedagógico, entretenimiento o irreal para que ellos sepan lo que están viendo y no quieran imitar ciertos modelos que no son los más adecuados. Los padres no tenemos que denostar las redes sociales, pero sí educarles y acompañarles en ese crecimiento, pero siempre tratando de inculcarles valores como el respeto, la solidaridad y perseverar y hacerles ver que las cosas llegan en su momento”.
Por último, según García Aguado, “lo más complicado es cambiar las cosas cuando nos encontramos con psicopatologías, con chicos y chicas que por su comportamiento o por haber entrado en el consumo de alguna sustancia, desarrollan esas psicopatologías. Eso es un problema médico que necesitaría de otro abordaje. En ese sentido Hermano Mayor sí plasma una realidad, no son casos extremos, son muy habituales, pero sí es cierto que son muy complicados, porque se trata de chicos de 18 años, todos son mayores de edad ya. Por eso entendemos que llegar a estas edades con esas conductas es algo que se puede evitar educando de una manera en la que nuestros hijos a esa edad se sientan mucho más capaces. Por eso la idea de trabajar con 12, 13 y 14 años, que es cuando empiezan a creerse que lo saben todo y a tomar decisiones que en algunos casos les van a llevar a desarrollar trastornos y tomar actitudes de riesgo”.